El Viveros Herol Nava no sale de su bache de resultados, y en el derbi frente al Recoletas Atlético Valladolid fue demasiado irregular tras el descanso, con el equipo acusando la intensidad del encuentro en los minutos decisivos, sobre todo en el apartado defensivo.
Señalaba Álvaro Senovilla en la previa del encuentro que para tener opciones de victoria la defensa debía ayudar a la portería. Y, si bien es cierto que esa máxima no se cumplió de todo en la primera parte en la que el Recoletas marcó 17 goles, la eficacia ofensiva de los naveros no sólo sujetó al equipo segoviano en el marcador, sino que le llevó por momentos a liderar el choque con cierta soltura.

Pese a que un primer error en un lanzamiento de seis metros hacía presagiar otra tarde aciaga en el remate como en el partido ante el Anaitasuna, el Balonmano Nava se encargó pronto de espantar los fantasmas, y la aparición de Nolasco en el lateral izquierdo, asociándose bien con Borja, más los ramalazos de Mario Nevado por el lateral derecho y el acierto de Dani Pérez desde los siete metros llevó a que el conjunto visitante dominara en el electrónico a un Recoletas que dejaba demasiado espacio para los lanzamientos de su rival.
En defensa, el conjunto local encontraba bien a su pivote, pero paulatinamente fue bajando su efectividad, en buena medida por el buen hacer de Matheus Buda, que con siete intervenciones fue elevando su porcentaje. Así llegó el primer tiempo muerto del Recoletas con 8-11 en el minuto trece después de que Sasha Tioumentsev marcase un golazo al borde del pasivo.
LA 5:1 QUE LO CAMBIA TODO
David Pisonero ordenó una defensa 5:1 que, como se esperaba, se le atragantó al Viveros Herol en un primer momento. Tanto fue así que el equipo de Álvaro Senovilla falló en tres ataques consecutivos, aunque el castigo fue mínimo porque el Recoletas erró en dos transiciones claras hacia el marco navero. Así, en cuanto el ataque visitante se adaptó a la defensa pucelana, Tioumentsev dio muestras de su calidad con varias acciones muy meritorias de uno para uno, hasta alcanzar un 11-15 que no rompía el partido, pero señalaba claramente qué equipo estaba haciendo mejor las cosas sobre la pista.

Pero en balonmano todo puede cambiar en un instante, y una exclusión algo inocente de Óscar Marugán más otra para Isasías Guardiola dio paso a una reacción local que durante cuatro minutos se vio con un hombre más, tiempo suficiente para marcar un parcial de 4-0 que igualó el partido, aunque al descanso se llegó con una mínima ventaja segoviana (17-18).
Pero el panorama cambió, y mucho, en la segunda parte. Aunque el Viveros Herol reinició el partido de manera correcta, la exclusión de Bonanno dio paso a un parcial demoledor de 6-0 que hizo pasar el partido del 18-20 al 24-20, con el Recoletas haciendo valer su 5:1 defensivo y anotando con mucha comodidad, y el equipo segoviano sin encontrar la manera de frenar la sangría.
REMONTADA PARA NADA
Pero, como en balonmano las olas buenas (y las malas) también se acaban, el Atlético Valladolid bajó el pistón tanto como elevó el Nava su nivel defensivo con el paso de los minutos. Y así, con el trabajo de ‘hormiguita’, el conjunto visitante fue restando moral a su oponente, con Nevado atrayendo defensas y Tioumentsev aprovechando el espacio unido a unos muy buenos minutos de Pablo Herranz en el pivote, hasta que a nueve minutos para la conclusión Pancho Ahumada anotaba a la contra el 30-31 y forzaba la exclusión de Dimitrioski.
A nueve minutos para el final el conjunto segoviano vencía por 30-31, pero sólo fue capaz de marcar un gol más

Sin embargo, cuando todo parecía ponerse de cara para los de Senovilla con muchas dudas en los locales, apareció el cansancio navero y César Pérez en la portería local. Sasha, Borja y Nevado llegaron a la recta final del partido en la reserva, y sus lanzamientos en los minutos decisivos, fueron detenidos por el portero local, que las paró desde los nueve metros, desde los seis y desde el punto de penalti, para llevar a su equipo y a la parroquia local en volandas hasta cerrar el derbi con el 35-32. El Balonmano Nava fue demasiado irregular tras el descanso, y la falta de rotaciones sobre todo en el apartado ofensivo acabó por pasar factura. Y ya son cuatro partidos consecutivos sin ganar.
