Después de la tormenta, siempre llega la calma. Este dicho es aplicable a muchos ámbitos de la vida, pero también es muy acertado cuando se relaciona con algunas muestras estadísticas.
Completamente fiel a la realidad se muestra en relación con el número de muertes de la provincia, ya que el aumento de fallecidos del 2020, que está íntimamente relacionados con la llegada de la pandemia, ha dado paso a un período que por el contrario está cosechando las cifras más bajas de los últimos años.
Esto, como casi todo en la vida, tiene una explicación lógica, el conocido como ‘efecto cosecha’. Este término implica el desplazamiento de las muertes de una población vulnerable en un corto período de tiempo debido a factores atmosféricos, hambruna o enfermedad, como es el caso; aglutinado el número de defunciones en un determinando lapso de tiempo y relajando la cifra de los parciales posteriores. De forma clara y concisa: las personas que por sus cuadros clínicos tenían corta esperanza de vida murieron como consecuencia de la pandemia en un espacio temporal concreto (marzo y abril de 2020), por lo que los meses posteriores que hubieran acogido esas muertes ven sus cifras decaer.
A pesar de contar con una explicación, sigue siendo tremendamente sorpresivo las grandes variaciones entre los datos de los distintos años, de acuerdo con los datos de mortandad aportados por la Junta.
Las cifras de la primera parte del año advierten de la enorme rebaja de las muertes respecto al mismo período de 2020, pero también es claramente menor que los números obtenidos en ese mismo lapso temporal por las anualidades anteriores a la pandemia.
De esta forma, las cifras de este año hasta junio reducen en casi la mitad las de su parcial precedente en ese mismo período de tiempo, con 864 muertes por las 1.559 que contabilizó el 2020 (un 44,58% menos).
Estas 864 defunciones de los seis primeros meses de 2021 también resaltan por ser un registro bajo ante los 927 de 2019, los 953 de 2018 y los 991 de 2017. Así, se puede ver como la reducción de los fallecimientos tras períodos catastróficos no solo hace caer los datos respecto a cuando se desarrolla el desastre, sino también rebaja los obtenidos por las anualidades anteriores ‘libres’ de esa lacra.
Esta tendencia se mantiene al añadir a julio, como se puede ver en el gráfico que acompaña el texto, y la previsión es que esta diferencia se mantenga a lo largo del año e incluso se incremente, en especial sobre el dato de 2020.
En esta ocasión y al contrario que junio, mayo y marzo, el registro de julio no fue el menor de los últimos años, algo que ya pasó en abril también. De esta forma, según la Junta de Castilla y León el séptimo mes del año contabilizó 134 fallecimientos, cifra más reducida que los 193 de 2020 y los 169 de 2019, pero mayor que los 127 de 2018 y los 113 de 2017. Añadido julio, las cifras de defunciones de los primeros siete meses de 2021 reducen en un 43,04% la de los siete primeros meses de 2020.
Lo cierto es que la pandemia no ha acabado, pero lo que sí se puede decir con claridad es que la tasa de letalidad de la enfermedad ha caído en picado. Esto sin duda está íntimamente relacionado con las vacunas, ya que estas han llegado a las franjas de edad más vulnerables frente al coronavirus, protegiéndoles frente a una enfermedad que ha provocado ha provocado gran mortandad entre los más mayores.
Esto último no es una simple afirmación, ya que según los datos de la Junta 880 de las muertes relacionadas con el coronavirus se dieron entre personas mayores de 70 años, el 89,34% de las 985 que la Covid-19 ha dejado en la provincia.
De esta forma, aparte del efecto cosecha, se puede achacar también a las vacunas la reducida cifra de defunciones de los últimos meses, ya que han salvado un gran número de vidas que de otra forma se hubieran perdido por la enfermedad.
Además, con la vacuna parece haber terminado los períodos de gran mortandad, situados durante las tres primeras olas, por lo que no hay que temer por un repunte de los fallecimientos en la segunda parte del año que trunque los reducidos registros de muertes de la primera mitad.

