“España que nos mira siempre amante, recuerda nuestra historia militar”. Las dos estrofas del himno de los artilleros que pone el colofón a cualquier acto castrense de la Academia de Artillería sonaron ayer con mayor sentido en el patio de órdenes del centro de enseñanza militar, que ayer acogió la celebración del 40 aniversario de la III promoción de la Escala Básica de Suboficiales que en julio de 1978 comenzaba su carrera militar tras completar su formación en Segovia.
Y es que el acto de ayer fue un repaso por el devenir de cuarenta años de servicios prestados en las Fuerzas Armadas donde los entonces jóvenes sargentos de Artillería comenzaban su hoy dilatada y fecunda carrera militar en una sociedad que esperaba anhelante la aprobación de la Constitución Española y que comenzaba a fraguar los cambios políticos y sociales que también llegaron al seno del Ejército.
El comandante Ignacio Arias Maderuelo, número 1 de la promoción homenajeada, hizo en su discurso ante compañeros y alumnos de la Academia un somero repaso de algunos de los hitos más importantes referidos a las Fuerzas Armadas, tales como la profesionalización, el ingreso de España en la OTAN, la incorporación de la mujer en la profesión militar o la exitosa presencia en las distintas misiones internacionales junto a otros ejércitos.
Todos estos cambios fueron asumidos con las virtudes de “entrega, honor, sacrificio, jerarquía, dignidad y amor” que adornan a un buen soldado, en palabras del comandante Arias, que pidió a los alumnos que estos valores y principios “deben funcionar como instrumentos para conseguir un fin, que no es otro que el cumplimiento de la misión encomendada”.
Por su parte, el coronel director de la Academia, José María Martínez Ferrer agradeció el ejemplo de “superación, constancia en el servicio y firmeza en los valores” de la promoción homenajeada, y se dirigió expresamente a los alumnos para que este acto “os haga sentirse orgullosos de las nuevas promociones de suboficiales y sed sus dignos continuadores”.
Como siempre, los momentos de mayor emoción se vivieron al paso de los componentes de la promoción ante el estandarte de la Academia, al que también honraron sus familiares; así como el momento de recuerdo a los militares fallecidos, que incluyó una mención especial para los integrantes de la promoción que ya no están.
