Quizá aleccionado por la ambigua actitud de la que hizo gala la víspera el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, despachó ayer las preguntas sobre sus planes para defender a Arnaldo Otegi ante la Justicia parapetándose tras el comunicado emitido minutos antes por los socialistas vascos y en el que negaban -contra algunas informaciones- que se hubieran producido reuniones «últimamente» con Batasuna.
No obstante, Eguiguren, tradicionalmente muy cercano a la trastienda en la que se han urdido todas las anteriores negociaciones con los asesinos, no resistió la tentación de guiñar una vez más el ojo a sus amigos abertzales y sostuvo que tampoco le hubiera «parecido tan grave» que dicho diálogo con los proetarras hubiera tenido lugar.
De hecho, parece que incluso le hubiera gustado negociar con Otegi, a quien definió como un hombre que «quiere la paz» y que «mejor sería que estuviera fuera» de la cárcel, «haciendo política».
Tal condescendencia llevó enseguida a Eguiguren a proclamar con respecto a los contactos con quienes han asesinado a casi mil personas en los últimos 40 años que se trata de «hechos de la vida política, ya que todos los días hay reuniones, hay contactos, hay cosas… que no tienen esa trascendencia que se les quiere atribuir».
A juicio del compañero de Zapatero las denuncias del PP suponen «hacer grandes problemas de hechos intrascendentes; todo para agitar y hacer oposición».
En cuanto a sus planes para declarar como testigo de la defensa de Otegi, el socialista apuntó que el ex portavoz de Batasuna no le ha puesto «en ningún aprieto».
Por otra parte, en relación a la pronosticada rendición de ETA, dijo no saber cuál será el siguiente paso de la banda, pero volvió a dar credibilidad a los pistoleros al añadir que «se ha pasado de no creerles nada a hablar de plazos, fechas y declaraciones». «La cosa va a ir relativamente lenta, va a ser más confusa de lo que se piensa, no va a haber un Día D, no va a haber una declaración de fin de ETA o cosas parecidas», afirmó con una rotundidad que cuestiona sus previas manifestaciones de ignorancia.
Así, especuló con que el siguiente paso de ETA será un comunicado, «asumiendo la Declaración de Guernica, o la de los mediadores, o la de Bruselas…». «Eso sí, no va a ser una declaración que diga me arrepiento y me disuelvo», precisó con naturalidad.
Como manido colofón, Eguiguren trató de echar el habitual velo sobre el porvenir de un proceso que siempre se ha hurtado a la opinión pública ya que, pontificó, es «la hora de la prudencia, la seriedad y de la unidad». «Este es un tema que vamos a tener que resolver aquí», zanjó el político vasco
Ya un poco más distanciado de ese ombligo norteño que tan fijamente parece mirar el PSOE, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, prefirió poner los pies en la tierra y exigió a Eguiguren que no testifique a favor de Otegi, puesto que, si lo hiciera, los populares pensarán que «en el código genético del Partido Socialista está la traición y la mentira». «En ese caso, el PSOE quedará en entredicho», porque no se trata de un militante cualquiera, advirtió el conservador.
