El presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, volvió ayer a provocar un incendio en Ajuria Enea y, de paso, en Ferraz. Y es que expresó su convicción de que el Gobierno central y ETA mantienen una interlocución «desde hace tiempo», lo que originó el reproche del portavoz del Ejecutivo, José Blanco, y del consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, quienes lo negaron.
El díscolo dirigente progresista, que hace meses llamó cobarde a Zapatero, recordó que la declaración de Aiete -las conclusiones de la Conferencia Internacional sobre el terrorismo- instaba al Gobierno a hablar con la organización criminal, tras lo que opinó que el texto estaba consensuado «entre Madrid y la izquierda abertzale». Y para más inri, añadió una noticia inquietante: «El Gobierno sabe perfectamente dónde está cada miembro de ETA».
Estas explosivas declaraciones fueron replicadas rápidamente por el portavoz del Ejecutivo, José Blanco, quien en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros aseguró que Eguiguren «no sabe de lo que habla». Seguidamente, indicó que habla en nombre del Gabinete, al que «no le consta ningún tipo de contacto o negociación».
En la misma línea, el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, negó que haya existido diálogo entre el Gobierno y la organización terrorista, al tiempo que pidió al presidente de su partido más «rigor, mesura y responsabilidad».
No obstante, Ares restó importancia a las palabras del dirigente socialista, al asegurar que el «tono» y las propias declaraciones de Eguiguren «ponen de manifiesto que se trata de especulaciones».
Además, el diputado socialista Eduardo Madina, víctima de un atentado, aseguró desconocer si es cierto lo que comentó su paisano, y que lo único que sabe es que después de la conferencia de paz de San Sebastián, ETA anunció el cese de la violencia. Un «sueño convertido en realidad» que da paso a una «responsabilidad histórica» de abrir un nuevo tiempo de paz y de convivencia después de 50 años «sin paz, sin libertad».
Desde otros partidos dieron por buenas las polémicas palabras del presidente del PSE-EE, como hizo el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka.
Por su parte, la portavoz de UPyD, Rosa Díez, exigió al Gobierno que aclare si existen desde hace tiempo conversaciones con ETA, o que desautorice al autor de la afirmación: «Estamos hablando de declaraciones realizadas por un dirigente del Partido Socialista y miembro del Comité Federal».
El que no hizo ningún tipo de declaración, algo que suele hacer con frecuencia cada vez que Eguiguren abre la caja de los truenos, fue el lehendakari, Patxi López, algo que criticó la representante de la izquierda abertzale Maribi Ugarteburu: «Se encuentra missing tras el nuevo escenario abierto en el País Vasco. Su actitud es patética, ya que da la espalda a la voluntad de la sociedad vasca». Además, recalcó que «cada vez más gente» dentro del PSE-EE «apuesta por las ideas» del presidente de esta formación, «más ahora que han recibido varias palizas electorales».
Mientras, la AVT consideró que si el Gobierno no destituye a Eguiguren es porque «acepta todo lo que dice».
Por otra parte, los dos principales sindicatos policiales, el SUP y la CEP, replicaron al político vasco que el nuevo Gobierno del Partido Popular no tiene por qué cumplir lo que pactase el Ejecutivo socialista en caso de que sea cierto que llegase a algún acuerdo con los terroristas. «Él mismo se contradice porque el Gobierno nuevo no tiene por qué haberse comprometido con lo pactado por el Ejecutivo anterior», subrayó el secretario general del SUP, José Manuel Sánchez Fornet, quien añadió que «si lo que han pactado es presos a la calle, agentes fuera de Euskadi y autodeterminación, eso es la alternativa KAS, y eso es una traición».
