Al menos 26 personas murieron ayer en la ciudad egipcia de Port Said, en los enfrentamientos registrados después de que un tribunal condenara a muerte a 21 acusados de los disturbios del año pasado tras un partido de fútbol que dejó numerosas víctimas.
El origen de los disturbios fue el anuncio del dictamen condenatorio emitido en El Cairo, tras lo cual una multitud intentó acceder al centro penitenciario para liberar a los imputados, según informó el Ministerio de Sanidad.
Así, la Policía respondió al asalto a la prisión de Port Said con gas lacrimógeno y el Ejército se desplazó de inmediato al lugar, para intentar restablecer el orden y proteger a las instituciones.
Entre los fallecidos hay al menos dos agentes del orden, según fuentes médicas y de los servicios de Seguridad. Asimismo, medios locales indicaron que dos jugadores de fútbol murieron también. Por su parte, el director de los servicios sanitarios de Port Said aseguró a la televisión estatal que había más de 250 heridos.
El 1 de febrero de 2012, 74 personas perdieron la vida durante el choque ocurrido después de un partido entre seguidores del equipo local, Al Masri, y el visitante, Al Ahli. Tras el encuentro, los hinchas del Al Masri saltaron al campo y atacaron a los jugadores y aficionados del conjunto contrario. Sin embargo, los afines a la escuadra local y las familias de los acusados aseguran que el caso está políticamente motivado.
Los otros 52 imputados por lo ocurrido en el estadio conocerán la sentencia el próximo 9 de marzo. Ninguno de los condenados ayer es policía y todos ellos tienen derecho a apelar.
Mientras tanto, cientos de seguidores del equipo Al Ahli celebraron las penas de muerte, cuya lectura fue retransmitida en directo por televisión.
Antes de conocerse el veredicto, aficionados ultra de este equipo, que jugaron un papel importante en la revolución que hace dos años derrocó a Hosni Mubarak, habían amenazado con tomar represalias si no se dictaban penas capitales. Por eso, los hinchas del Al Ahli acusan a las fuerzas policiales de conspirar contra ellos junto con la afición de Al Masri.
La sentencia y disturbios se produjeron un día después de que al menos nueve personas murieran y más de 300 resultaran heridas, entre manifestantes y agentes, en las protestas en numerosas ciudades egipcias contra el Gobierno islamista, coincidiendo con el segundo aniversario del inicio de la revolución que derrocó a Mubarak.
Los nueve fallecidos perdieron la vida a las afueras del edificio del Ayuntamiento de la ciudad de Suez, cuando algunos intentaron ingresar en él por la fuerza, como indicaron fuentes de Seguridad en la zona. Médicos de hospitales informaron también de que, en total, resultaron heridas 379 personas en las distintas provincias.
Los manifestantes clamaron venganza durante una marcha fúnebre en honor a los fallecidos en Suez y responsabilizaron a la Hermandad Musulmana del presidente Mohamed Mursi y a la Policía por las muertes.
La agrupación amenazó, además, con boicotear las próximas elecciones parlamentarias y convocó protestas masivas para esta semana si no se cumple con sus demandas.
