El Gobierno de Estados Unidos decidió permitir ataques aéreos para defender de cualquier ataque a los rebeldes sirios entrenados por el Ejército estadounidense, incluso si vienen de fuerzas leales al presidente sirio, Bashar Al Assad, según dijeron funcionarios estadounidenses.
La decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, que podría profundizar en el papel de Estados Unidos en el conflicto de Siria, tiene como objetivo proteger a un grupo aún pequeño de combatientes sirios armados y entrenados por Estados Unidos para combatir a Estado Islámico.
Varios funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato al diario estadounidense ‘Wall Street Journal’, aseguran que Estados Unidos proporcionaría realizaría ofensivas aéreas para apoyar los avances contra objetivos del Estado Islámico. De igual manera, prestaría apoyo defensivo para repeler cualquier ataque.
El programa de entrenamiento y equipamiento tiene como objetivo reforzar la capacidad de los rebeldes sirios a los que Estados Unidos considera moderados políticamente para que luchen contra el avance del grupo terrorista Estado Islámico, que tiene bajo su control varias zonas en plena guerra civil.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses comenzaron el programa en mayo con el objetivo de entrenar hasta 5.400 milicianos cada año. La medida fue interpretada por muchos analistas como una prueba de fuego para la estrategia del presidente, Barack Obama, de reunir a socios locales para combatir el avance de los yihadistas de Estado Islámico.
Sin embargo, debido a que muchos milicianos abandonaron el programa y otros no fueron declarados aptos, el secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, reconoció que las cifras quedaron muy por detrás de los objetivos iniciales para su lucha contra los terroristas y parecen suficientes para cumplir los objetivos.
El Kremlin criticó los planes de Estados Unidos de brindar junto a Turquía cobertura aérea a los rebeldes sirios por considerar que esa opción debilitaría la capacidad del presidente, Bashar al Assad, de combatir a Estado Islámico. “Moscú ha repetido muchas veces que ayudar a la oposición siria, tanto económicamente como militarmente, supondría una mayor desestabilización del país”, afirmó el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Los planes conjuntos de Ankara y Washington pasan por establecer una zona de la frontera entre Turquía y Siria libre de combatientes de Estado Islámico y el Frente al Nusra.
