Mientras prosiguen las manifestaciones y enfrentamientos entre seguidores del derrocado presidente egipcio Mohamed Mursi con la Policía frente a las oficinas del Gobierno en El Cairo, las aguas parecen calmarse con la primera visita con la primera visita oficial de un diplomático norteamericano a los líderes que han tomado las riendas del país después del golpe de Estado del 3 de julio. Los gestos conciliadores del subsecretario de Estado William Burns en El Cairo fueron acogidos con frialdad y escepticismo por activistas a favor y en contra del nuevo Gobierno, ya que hasta el momento se había evitado apoyar al nuevo Ejecutivo tutelado por militares, pero con este lazo, el mandatario norteamericano enfatizó el compromiso de Washington para ayudar al país a lograr la democracia y poner fin a los disturbios.
Mientras, ajenos a los movimientos diplomáticos, cientos de islamistas se reunieron ayer en el barrio gubernamental de la capital para llevar a cabo nuevas protestas contra el poder de transición, que asumió el pasado martes los nuevos cargos. Los Hermanos Musulmanes consideran que es producto de un régimen ilegítimo y no lo reconocen, por lo que buscan la restitución de Mursi, al que las Fuerzas Armadas lo derrocaron, tras multitudinarias protestas contra el régimen islamista y disturbios violentos. En la noche del lunes volvieron a producirse conflictos en los que murieron al menos siete personas y más de 200 resultaron heridas.
Mientras tanto, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, llegó ayer a El Cairo, donde mantuvo reuniones por separado con el presidente de transición, Adli Mansur, y su número dos y titular de Exteriores, Mohamed El Baradei. También se citó con el jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi, quien orquestó el derrocamiento del mandatario depuesto. Las conversaciones giraron en torno a la situación en el país y el apoyo de la UE a Egipto en la actual transición.
El portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad El Hadad, dijo también que dos funcionarios del movimiento se reunieron con Ashton. «La UE tiene que condenar francamente el golpe y denunciar a los países que reconocen su Gobierno», manifestó.
Antes de viajar, la política británica insistió en que todas las partes tienen que estar incluidas en un diálogo que refuerce la democracia. «La UE está decidida a apoyar a Egipto en su viaje hacia un futuro mejor con una verdadera libertad y crecimiento económico», dijo Ashton.
Cuando han transcurrido dos semanas desde el golpe, son cada vez más los indicios que apuntan a que el Ejército desempeñará un papel político más importante que lo inicialmente estimado.
