A falta de resultados concluyentes por parte de los expertos de la ONU, que deben determinar si se utilizaron armas químicas en el ataque de la pasada semana en los suburbios de Damasco, parece que Estados Unidos ya ha tomado una decisión: intervenir militarmente en Siria. Y lo hará de manera inminente, «tan pronto como este jueves», según detallaron ayer altos cargos de la Administración Obama a diferentes medios de comunicación norteamericanos.
De acuerdo con estas fuentes, los bombardeos durarían «dos o tres días» y tendrían un alcance limitado. El objetivo principal sería «mandar un mensaje» al régimen de Bachar al Asad, tal y como precisaron los informadores.
Dicho ataque, según las fuentes gubernamentales, se llevaría a cabo con misiles de crucero lanzados desde el mar o desde bombarderos de largo alcance que tendrían como objetivo instalaciones militares no vinculadas directamente con el arsenal químico del país.
Sin embargo, otros portavoces señalaron que es «improbable» que la ofensiva se produzca hasta que los inspectores de Naciones Unidas abandonen el país, una salida prevista para este domingo.
Sea cuando sea, todos los responsables aseguraron que cualquier intervención militar no buscará asesinar a Al Asad y será limitada, ya que el objetivo es responder al uso de armas químicas.
Además, el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, convocó para mañana al Parlamento británico para discutir la «respuesta» al ataque tóxico en Siria, mientras el presidente francés, François Hollande, volvió a mostrarse «dispuesto a castigar a los que gasean a inocentes».
Todas estas muestras de apoyo fueron bien recibidas desde la insurgencia, que, según apuntaron diversas fuentes, han proporcionado a las potencias occidentales una lista con posibles objetivos a atacar en la nación árabe.
Desde el otro bando, el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Muallem, reclamó al Gobierno de EEUU que presente públicamente las pruebas que confirman la implicación del Ejecutivo de Damasco en el ataque químico del pasado día 21, al tiempo que advirtió de que el país no permanecerá impasible ante una posible ofensiva.
«Tenemos dos opciones: o nos rendimos o nos defendemos. La segunda alternativa es la mejor», declaró, al tiempo que avisó de que «atacar Siria no es una cuestión menor. Disponemos de medios de defensa que van a sorprender al mundo. Y utilizaremos todo lo que esté a nuestro alcance».
En este sentido, consideró que una intervención militar norteamericana en territorio árabe solo beneficiaría a Israel y al Frente Al Nusra, el grupo terrorista vinculado a Al Qaeda que lucha contra las fuerzas del régimen de Al Asad, al tiempo que acusó a Washington de estar incumpliendo el derecho internacional, mientras que subrayó que el mundo está viviendo una época sometido a la «ley de la selva».
Mientras, los embajadores de los países de la OTAN se reunirán hoy en Bruselas con el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, para «intercambiar informaciones, evaluaciones y posiciones de los aliados» sobre la crisis siria en el marco de la reunión «regular» del Consejo del Atlántico Norte, máximo órgano de decisión del organismo de defensa euroatlántico.
