Estados Unidos acusó al Ejército sirio de perpetrar ataques aéreos que están ayudando a combatientes del Estado Islámico en su avance al norte de Alepo, según afirmó la Embajada estadounidense en Siria en su perfil oficial en Twitter.
“Informes indican que el régimen está realizando bombardeos para apoyar el avance de Estado Islámico en Alepo, ayudando a los extremistas en vez de a la población siria”, informó la Embajada en un mensaje en la red social, una legación diplomática que concluyó su actividad en Damasco en 2012, pero sigue publicando mensajes sobre la situación del país en la conocida red social.
Por su parte, el Ejército leal al presidente, Bashar al Assad, negó esta versión y entiende que estas acusaciones de Washington no tienen fundamento. “El Ejército sirio está combatiendo al Estado Islámico en todas las áreas que está presente en Siria”, argumentó una fuente militar.
Al Assad tachó de grupos terroristas a todos los combatientes insurgentes y los medios estatales informaron de la “eliminación de efectivos yihadistas en las cercanías de Alepo”.
No obstante, la cuenta de la Embajada norteamericana incide en la idea de que el presidente sirio ha perdido su legitimidad y “no es un aliado efectivo en la lucha contra el terrorismo”. “Estos últimos informes demuestran que el Ejército está ayudando activamente a reforzar la posición de los yihadistas en la zona”, añadió.
Según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, el consejo local de la ciudad rebelde de Alepo ha llamado a los combatientes a estar preparados para enfrentarse al Estado Islámico. Así, se ha hecho un llamamiento a “todos los muyahidines” a responder a los combatientes yihadistas que han recibido “ayuda aérea por parte del régimen”.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, acusó a la coalición internacional que lucha contra Estado Islámico de no hacer lo suficiente para combatir al grupo terrorista y denunció que miembros clave como Arabia Saudí no están haciendo lo suficiente para detener el flujo de combatientes extranjeros a su país.
Al Abadi se pronunció de este modo en el arranque de la cumbre en París con los países que integran la coalición internacional y que lidera Estados Unidos. La coalición, integrada por países occidentales y de la región, está presionado al Gobierno iraquí para que éste sea aún más incluyente con su minoría suní.
La reunión se produce después del mayor revés militar para el Gobierno en casi un año. El pasado 17 de mayo, Estado Islámico se hizo con Ramadi ante el descontrol y la falta de moral del Ejército iraquí. La ciudad se encuentra a unos 90 kilómetros al oeste de Bagdad y es la capital de Anbar, una provincia predominantemente suní. Desde entonces, las fuerzas gubernamentales, con apoyo de milicias chiíes, han estado reforzando posiciones en torno a la ciudad.
Al Abadi, un chií moderado, solamente puede persuadir a las tribus suníes para que combatan a Estado Islámico si consigue demostrar que puede controlar a las poderosas milicias chiíes, de cuyo poder militar depende ahora.