Los parques infantiles de la mayoría de pueblos de la provincia de Segovia no abrirán con toda probabilidad este verano. También lo tendrán complicado los que se sitúan en la capital. La normativa de la Junta de Castilla y León, publicada el sábado día 20, dificulta su apertura. Es una iniciativa restrictiva que se basa en tres pilares: un aforo máximo estimado de una persona por cada cuatro metros cuadrados de espacio; el establecimiento de las medidas necesarias para mantener la distancia de seguridad interpersonal o, en su defecto, la utilización de medidas alternativas de protección física, y, por último, la aplicación de higiene y prevención diaria, con limpieza y desinfección de las áreas de contacto de las zonas comunes.
Como se puede ver, no solo son pautas estrictas y que suponen un coste que muchos de los ayuntamientos pequeños no podrán afrontar, sino que generan una inseguridad jurídica en algunas de las actuaciones de policía administrativa necesarias para cumplir la finalidad del Acuerdo de Gobierno. Quizá sea este punto el que más preocupa a los alcaldes, puesto que la regulación descarga en ellos toda la responsabilidad de su adopción. ¿Cuáles son las medidas necesarias para mantener la distancia interpersonal? ¿A qué actuaciones se refiere la norma cuando habla de aquellas otras alternativas de protección física?
Somos conscientes de la preocupación de los dirigentes sanitarios por evitar cualquier tipo de rebrote del virus que haga desandar el camino emprendido en la desescalada, pero hacer descansar en Ayuntamientos pequeños la carga de las actuaciones, y más cuando algunas de las medidas, como hemos dicho, son de una inconcreción que desconcierta, conlleva que estos opten directamente por la no reapertura. Muchas más concretas son las recomendaciones del Procurador del Común, aunque el coste de ellas —la desinfección periódica, por poner un ejemplo— también hace prácticamente inviable que se vuelvan a llenar de usuarios sin el apoyo financiero de la Diputación Provincial. Por lo que al final mucho nos tememos que los parques infantiles, y aún más, los circuitos biosaludables para la población de más edad —especialmente vulnerable en el contagio— tendrán unas largas vacaciones en la mayoría de los casos este verano. Unas largas y tristes vacaciones.
