Aunque en las últimas semanas pareciera que el Gobierno estaba combatiendo a ETA desde las cárceles, ayer demostró que también lo sigue haciendo en la calle. La Policía francesa en colaboración con la española llevaron a cabo el arresto del que, según el Ministerio del Interior, desempeñaba actualmente las funciones como responsable del aparato militar y de captación de ETA, Oroitz Gurruchaga Gogorza. Fue detenido en la localidad de Cauna junto a uno de sus lugartenientes Javier Aramburu. Fuentes del Departamento que dirige Jorge Fernández Díaz destacaron que se trata de la operación antiterrorista más importante de los últimos seis meses.
La operación, que tiene todavía más importancia al ser la primera que se efectúa con Hollande en el poder, concluyó a las 15,30 horas y se produjo en la citada localidad gala, próxima a Mont de Marsan, cuando los dos terroristas transitaban por una de sus calles en el interior de un coche robado con matrícula falsa.
La presencia de ambos en el sur del otrora santuario terrorista podría deberse al establecimiento de citas de captación de nuevos miembros de ETA, según Interior. Ambos iban armados en el momento de su detención, uno portaba un pistola y otro un revólver.
Conviene recordar una reciente entrevista al secretario de Estado de Interior, Ignacio Ulloa, que informó de que la banda cuenta todavía con infraestructura en la zona, y «no pierden el tiempo» cambiando de coche cada 15 días y transmitiendo mensajes e incorporando nuevos militantes. Afirmó también que aún hay terroristas que cruzan la frontera con Francia para incorporarse a las filas de la serpiente.
El último golpe contra la cúpula del aparato militar de ETA tuvo lugar con el Gobierno socialista hace más de un año, cuando el 10 de marzo de 2011 eran detenidos en una localidad francesa fronteriza con Bélgica los entonces responsables de esta estructura, Alejandro Zobarán, alias Xarla, y Mikel Oroz, alias Peru.
Desde entonces David Pla, Iratxe Sórzabal e Izaskun Leska eran los terroristas a los que se les atribuía un grado de mayor diligencia en la banda y autores de los últimos y más relevantes comunicados de la organización criminal.
Oroitz Gurruchaga, nacido en Rentería hace 30 años, ingresó en ETA en 2008 y, rápidamente, ascendió en la estructura de la organización. Actualmente, era el responsable del aparato militar y captaciones y se encargaba de reclutar nuevos miembros para reforzar las filas de la banda terrorista.
Las reacciones solo han llegado desde la izquierda abertzale, que se limitó a hablar de «las estériles medidas represivas de siempre». Con este arresto, el Ejecutivo manda un claro mensaje a los asesinos y a los presos que dudan de que la banda pueda revivir.
