Sólo faltaron Baldomero Martín y Fernando Correa para que en el juzgado número 1 de Segovia estuvieran presentes todos los presidentes que quedan vivos de la Gimnástica Segoviana. Citados a declarar por Jesús Tovar en el juicio que se celebró en la mañana de ayer atendiendo a la demanda que el expresidente azulgrana interpuso contra Ignacio Tapia a cuenta por una presunta intromisión del derecho al honor, en la puerta del juzgado comparecieron nada menos que 16 personas entre expresidentes gimnásticos, exdirectivos, jugadores, personal de la Delegación Provincial de Fútbol, socios, periodistas y hasta la gestora comercial de Caixa Catalunya en el año 2002 y el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Segovia.
Citado por la parte demandada, el presidente del CD La Granja, Pablo Alejandro, tampoco faltó a la cita judicial, de la que posteriormente salieron sin declarar Julio Isabel y Chema Alonso, ya que la abogada de la acusación renunció a llamarles. A pesar de ello, hubo 15 declaraciones de testigos, además de la de Jesús Tovar, y las conclusiones finales tras la vista oral. Lógico que el juicio se prolongara durante tres horas.
Las declaraciones de Ignacio Tapia a los medios de comunicación segovianos, en los que calificaba a Jesús Tovar de “mafioso” al tiempo que ponía en duda la veracidad de las cuentas que el expresidente azulgrana presentó cuando abandonó el cargo en 2004 y afirmaba que Tovar se había aprovechado de una póliza de crédito que suscribió en Caixa Catalunya, además de haber instado a la huelga de jugadores que se produjo en 2008, fueron el objeto de la demanda que llevó a ambos expresidentes gimnásticos al juzgado, y que tristemente volvió a poner de actualidad unas cuentas, las de la Segoviana, que siempre han sido objeto de controversia.
Varios aspectos centraron las declaraciones de los testigos de la acusación. En primer lugar las famosas cuentas que presentó Tovar al finalizar su mandato, en las que reflejó una deuda superior a los 32 millones de pesetas, seis millones menos que cuando llegó a la presidencia. También con respecto a las cuentas, se hizo constancia de las que hizo públicas la Delegación Provincial de Fútbol, superiores en cuanto a deuda a la presentada por Tovar, aunque incompleta como señalaron varios de los testigos.
El tema de la apertura de una póliza de crédito en Caixa Catalunya por parte de Jesús Tovar para hacer frente al pago de algunas deudas del club no fue prácticamente objeto de debate, como tampoco lo fue el de la presunta coacción a Gregorio Garrido para que dejara la presidencia de la Segoviana, y la también presunta connivencia con el concejal de Deportes para instar a los futbolistas a que fueran a la huelga. Todos los testigos hablaron a favor del expresidente del club en las temporadas 2000 a 2004 y la defensa renunció a preguntarles por estos hechos, aunque Antonio Sanz, el último testigo de la acusación, dejó boquiabierto a más de uno cuando afirmó que “Tovar metió a Tapia como hombre de paja, pero como no hizo lo que él quería, comenzó la enemistad entre ellos, y empezó a meterse con él en los medios”.
En las conclusiones finales, la abogada de Jesús Tovar solicitó la estimación de la demanda por una intromisión ilegítima en el honor, la publicación de la parte dispositiva de la sentencia en los medios de comunicación en los que Tapia realizó las declaraciones objeto de la demanda y el pago de las costas. El Ministerio Fiscal redujo esas pretensiones económicas a 6.000 euros, aunque estimando que sí hubo una intromisión en el derecho al honor como establece el artículo 7.7 de la Ley de protección civil del derecho al honor, y lanzando una andanada a la parte demandada, que en el momento oportuno, es decir, delante del juez, “no ha intentado probar sus manifestaciones”.
La principal tesis que esgrimió la defensa de Ignacio Tapia fue la de la ausencia de una contabilidad reglada en la Segoviana, que propiciaba el debate constante sobre qué deuda real manejaba el club a lo largo de su historia. Prácticamente en el resto de cuestiones, incluidas la huelga de jugadores, la apertura de la póliza de crédito en Caixa Catalunya y la entrada de Tovar en la presidencia del club sustituyendo a Goyo Garrido, la defensa del que fuera presidente de la Junta Gestora azulgrana apenas pasó de puntillas, y en sus conclusiones finales pidió la desestimación de la demanda “porque no tiene ni base ni fundamento, ya que el hecho de que se discuta si la deuda de un club es una u otra no debe influir en el derecho al honor. Existe un derecho a opinar y a criticar”, esgrimió el abogado de la defensa, que también puso de manifiesto que Ignacio Tapia había sido objeto de crítica en los medios por parte de Jesús Tovar. Finalizadas las conclusiones, el juez dejó el juicio visto para sentencia.
