Los españoles Rafa Nadal y David Ferrer disputarán hoy la cuarta final española de la Historia en la pista central de Roland Garros (15,00 horas), en un partido en el que el alicantino tratará de conquistar su primer ‘Grand Slam’ ante un oponente que busca su octava corona en París.
La pista Philippe Chatrier será testigo del duelo entre dos amigos que dejarán de serlo por unas horas para luchar por la preciada Copa de los Mosqueteros. Con siete triunfos a sus espaldas, Ferrer es la nueva piedra en el camino de un Nadal que busca ampliar su leyenda en la capital gala.
Dos caminos muy distintos han llevado a ambos hasta este duelo. El tenista de Jávea sufrió en su primer compromiso ante Albert Montañés, pero, a partir de esa victoria, completó cinco partidos ganando por la vía rápida.
Antes de llegar a la semifinal contra Tsonga eliminó a otro compatriota, el gerundense Tommy Robredo. Cuando se vio a un paso de luchar por el título y con Federer fuera de juego, el alicantino solo tenía un objetivo: jugar su primera final de un ‘grande’, y aplastó al local para conseguirlo.
Por su parte, el mallorquín sufrió un poco más. Con las dudas que tiene presentes sobre su estado físico, pero con la convicción que le daba haber ganado seis finales desde que volvió a la competición, el zurdo de Manacor se plantó en semifinales para jugar ante el serbio Novak Djokovic.
El número uno del mundo le plantó cara y, por momentos, parecía una final anticipada, con la misma carga épica de aquel duelo de titanes que disputaron en Australia en 2012. Sin embargo, esta vez, y como siempre ha ocurrido en Roland Garros, se impuso la calidad del español.
Así, hoy se disputará de nuevo una final de un ‘Grand Slam’ entre dos tenistas de la ‘Armada’. Antes de este encuentro ya se habían jugado otras tres más, la última en 2002 entre Albert Costa y Juan Carlos Ferrero. Gane quien gane, España sumará su decimosexto trofeo y volverá a coronar el tenis patrio en la tierra batida.
«No me siento favorito, me siento finalista», apuntó ayer el número cuatro del mundo, que buscará su victoria número 59 en Roland Garros y superar al argentino Guillermo Vilas y al suizo Roger Federer, con los que comparte ahora el récord de partidos ganados.
«Fui mejorando un poco en cada choque, pero él no ha perdido un set en todo el torneo. Te lleva a los límites, y si no juegas al máximo, te crea grandes problemas», añadió Nadal en su análisis sobre Ferrer, al que ha derrotado en 19 de las 23 veces que se han enfrentado.
«Si alguien merece ganar títulos y estar aquí ése es David. Es un poco como la situación de Andy Murray cuando ganó el US Open», analizó el balear, que cree que el «monopolio» de ‘grandes’ que protagonizó junto a Novak y Federer fue algo excepcional. «Lo que ha pasado en estos años es muy difícil que se repita», concluyó.
Además, Nadal anunció que no jugará el torneo de Halle, que comienza mañana sobre hierba, debido a la alta carga de partidos de las últimas semanas. «Los médicos me han recomendado que me tome un descanso antes de afrontar Wimbledon». No es cuestión de tentar a la suerte, de exigir su físico más aún. El manacorí quiere que sus rodillas no le impidan seguir jugando, porque sabe que tiene solo un puñado de años más por delante. «Nuestra carrera no es para siempre», concluyó.
Serena Williams logra su segundo triunfo en París.- La estadounidense Serena Williams conquistó ayer su segundo título de Roland Garros tras vencer en la final a la vigente campeona, la rusa Maria Sharapova, por 6-4 y 6-4.
La eslava comenzó con mucha confianza y se adjudicó los dos primeros juegos, pero, poco a poco, el físico de su rival fue decantando el partido del lado de la número uno.
La norteamericana recuperó la rotura y superó a su contrincante para terminar llevándose el primer parcial. Los dos últimos juegos de esta manga fueron un épico intercambio de golpes entre las dos mejores del ‘ranking’ WTA.
Ya en la segunda manga, Sharapova solo fue capaz de llevar el partido a su terreno con su saque. Logró reducir su desventaja, pero, con 5-4, Serena hizo valer su poderío para finiquitar la final con un ‘ace’.
