Tras las fiestas de los años 1993 y 1994 a consecuencia de que no fueron buenos años organizativos para los encierros — ya que se traían reses de distintos hierros para que corrieran el mismo encierro, de forma que estos no resultaban del modo en el que se deseaba—, se propició que varios aficionados decidieran constituir de manera constructiva una asociación.
En una reunión celebrada el 20 de octubre de 1995, en la sala Ditirambro de Cuéllar, se constituyó la ‘Asociación Encierros de Cuéllar’, con la firma de 51 socios fundadores, todos ellos verdaderos aficionados a los encierros en su forma ancestral. Se dejó como domicilio social los locales municipales de calle Carchena número 9, creándose una Junta Gestora que tuvo como presidente a Javier Sanz Sanz, vicepresidente a Jonás García Velasco, secretario a Daniel Sanz Polo, administrador a Antonio Salamanca Ortega y vocales a Jesús Arenal Cano y Alfonso Rey Senovilla.
Su inscripción oficial se lleva a cabo el 2 de noviembre de 1995, y la última modificación de sus estatutos se realiza el 23 de junio de 2014 para adaptarse a la nueva Ley Orgánica de Enero de 2002.
“La forma de pensar de los socios fundadores quedo bien clara con el objetivo social que ha permanecido intocable hasta nuestras fechas”, asegura Jairo Martín Rodrigo, presidente actual de dicha Asociación, al tiempo que añade que “tanto en la actualidad como lo fueron en sus orígenes, los fines de la Asociación se encuentran dirigidos a la promoción y defensa de los ancestrales ‘encierros de toros’, de la villa de Cuéllar, en su forma tradicional de recorrido urbano previo traslado campestre del ganado, y asegurar que se desarrollen de la forma más adecuada y se respete la forma original de los mismos”.
“La elección del ganado se realiza escogiendo entre reses de un mismo hierro cada día, tratando así de que el hermanamiento de las mismas sea más apropiado para el buen funcionamiento de los encierros”
EN LA ACTUALIDAD
Son unos encierros que no han perdido su esencia tradicional, es decir, su formato continua siendo del modo en que se hacía desde hace siglos, desde la suelta en los corrales del río Cega hasta su tramo a través de los pinares y campos, todo ello dirigido por caballistas, y su recorrido urbano por las calles de la villa hasta la plaza de toros, conducido por los corredores. Además, son unos encierros de gran valor cultural y turístico avalado por la declaración de Interés Turístico Internacional que les fueron concedidos en febrero de 2018.
“En los últimos años, y a raíz de esta declaración, se empiezan a traer ganaderías más punteras y de mayor renombre, buscando también dotar de un mayor prestigio a nuestros encierros, que son únicos en el mundo, por seguir manteniendo su forma original y gozamos, además de tener el título de ser los encierros más antiguos de España”.
Actualmente, la asociación cuenta con 150 socios y tiene como objetivo fundamental fomentar y proteger los tradicionales ‘encierros de toros’ en la Villa de Cuéllar, en su modalidad clásica de traslado del ganado por el campo para que luego recorra los diversos tramos de la localidad hasta su encierro en la plaza de toros.
También, pretende promover y apoyar todos aquellos actos públicos o privados relacionados con los encierros que pudieran beneficiar la organización y el buen fin de los mismos, teniendo en cuenta que estos forman parte del patrimonio histórico cultural de esta villa.
30 ANIVERSARIO
Este año, “estamos de celebración y por este motivo hemos llevado a cabo una rifa para el sorteo de una pintura realizada por el pintor y escultor cuellarano Alfonso Rey Senovilla. También como novedad y para dar mayor difusión al tramo urbano de nuestros encierros se han modificado las bases del premio fotográfico que da esta asociación. Siendo un premio de 100€ a la mejor foto del tramo urbano, y otro premio de 100€ a la mejor foto del tramo urbano que coincida con el premio al mejor encierro de nuestras fiestas” manifiesta Martín.
Además se sigue con las actividades que esta asociación viene realizando anualmente. En el caso de este año en curso, se ha visitado la ganadería de Arauz de Robles donde se les hizo entrega del trofeo al mejor encierro del año 2024, también se ha realizado un ágape social y la presentación del cartel de las reses que correrán nuestras calles en el ciclo de encierros del 2025.
También tras finalizar las fiestas se realizara la votación para saber quién es el encierro ganador y como se viene haciendo en años anteriores a lo largo del mes de septiembre se presentará la revista correspondiente a las fiestas de este año.
EL TROFEO AL MEJOR ENICERRO Reconoce la calidad del ganado y destaca la ganadería que ha tenido un mejor desempeño en cada uno de los ciclos de los encierros de la Villa.
El fin de este trofeo es mejorar la selección del ganado de nuestros encierros y hacer que la ganadería a la que se le otorga pueda repetir el próximo año.
“Los momentos previos a la salida de los toros son de incertidumbre”
“Nunca he sentido miedo, porque los corredores sabemos a lo que nos arriesgamos, pero respeto siempre”, asegura el cuellarano Jairo Martín
Jairo Martín Rodrigo es un cuellarano que empezó corriendo a los 16 años los novillos — por ser más pequeños— y a los 18 los encierros de Cuéllar, a diario. “Mi familia siempre ha sido muy taurina y les ha gustado ir a los encierros. Mi abuelo salía a las vacas en la antigua plaza de toros que se situaba en la plaza Mayor y mis padres desde pequeñito me han llevado a ver encierros a numerosos municipios de nuestra provincia, así que, como se suele decir, lo he mamado desde chiquito”.
“Correr estos encierros supone más responsabilidad, y siempre implica hacer mejor las cosas ya que estas en tu pueblo, en tu casa, y por lo menos desde mi punto de vista, es mucho más especial y satisfactorio. Para mí, como cuellarano, son los mejores encierros en los que he participado y soy habitual en Ciudad Rodrigo, Iscar, Peñafiel, Medina del Campo, Olmedo y Tordesillas, entre otros muchos pueblos”.
Respecto a la preparación que implican, “la mental la vas adquiriendo con el rodaje que se hace a lo largo del año, yendo a otros encierros, aunque también es muy importante la confianza en uno mismo. Y la preparación física, en mi caso, es bastante sencilla: gimnasio, ejercicios de fuerza y elíptica, y cuando tengo tiempo salir a correr”.
Los momentos previos del encierro son de incertidumbre. “Te planteas si vendrán muy arropados con los mansos, si vendrán buscando y de lado a lado o qué velocidad traerán. Pero cuando llegan y ves al resto de corredores que ya vienen con ellos ya sabes más o menos el rumbo que toma el encierro”.
Los encierros de Cuéllar se pueden dividir en tres partes. Primero, el tramo del embudo y la calle de las Aldabas, que es velocidad pura y carreras más cortas por su velocidad. El tramo siguiente es la mítica calle de Las Parras y cruce de los paseos de San Francisco. En este segundo tramo, ya se producen carreras más vistosas con velocidad y más ajustadas. Y el tercer y último tramo, que va desde el cruce de San Francisco continuando con la avenida De los Toreros hasta la plaza de toros, donde suelen darse carreras más largas y con menor velocidad, aunque depende del día y si son toros o novillos.
Respecto a la afluencia de participantes en el encierro es muy variable, depende del día de la semana y de las fechas en las que caigan las fiestas. “Un número concreto no te sabría decir, pero vienen corredores de toda España, e incluso de otros países como Portugal, Francia o Irlanda”, asegura Martín.
PERCANCES VARIOS
“Miedo la verdad que no, nunca lo he sentido, porque si estamos dentro sabemos a lo que nos arriesgamos, pero respeto siempre, tanto al animal como al corredor. Eso es fundamental. Sustos he tenido varios, en Cuéllar, Onda en Castellón, y caídas alguna que otra, así como que te pise la manada pero son gajes del oficio como se suele decir”, comenta Martín.
“Realmente, el susto más gordo que he tenido fue en el año 2022 en Ciudad Rodrigo, ese año toco ver la cara más dura de esto, y sufrí una cogida por la que, a nivel mental, me costó mucho volver a ponerme delante del toro, pero todo se supera y volví a correr aunque no de la manera que antes solía hacerlo”, asegura al tiempo que nos cuenta una par de anécdotas vividas en la suelta en Cuéllar:
“Al lado izquierdo de la salida de los corrales, en unos chopos que hay, se quedó un toro, recuerdo que era de la ganadería de Lora Sangran, y me subí a un chopo y estaría solamente a un metro de altura del suelo, pero me sentí seguro. Menos mal que ni hizo por meterse entre la maleza…”
“Y otra vez fue al lado contrario. Estábamos mi mujer y yo en el lado de los todoterrenos y un toro salió barriendo los morros de estos y nos dio el tiempo justo a correr, empujarla para que subiera y yo subirme al capó con un chico que me iba agarrando de la camiseta. Por eso la emoción de la suelta de Cuéllar, nunca sabes cómo van a salir las reses”.

Por cuestiones organizativas y de seguridad, se mantiene la limitación de 220 caballistas
Con el objetivo de mejorar la organización del traslado de las reses bravas por el campo y siendo evidente cierto nivel de desorden en los últimos años, se ha autorizado la participación de 220 caballistas y ese permiso es personal e intransferible, por lo que se realizarán controles para evitar que nadie que no esté autorizado acceda al recorrido campestre.
“El año pasado se notaron mejoras en la organización con la limitación de caballos y por estos motivos, de organización y seguridad, este año también serán un total de 220”, asegura Carlos Fraile, alcalde del Ayuntamiento de Cuéllar, al tiempo que explica que “se mantiene la identificación mediante chalecos de colores: verde los caballistas normales; azul la dirección de campo y beige la organización”.
Los chalecos azules, responsables de la dirección de campo y sus colaboradores “tienen las funciones de dirección del encierro, control de las reses tanto bravas como mansas y aquellas cuestiones que marca el reglamento de festejos populares de la Junta de Castilla y León. Para los chalecos verdes, tanto para empadronados de Cuéllar como para el resto de jinetes, su función es participar como acompañantes, y aunque si bien es cierto que en Cuéllar la mayoría asume labores de implicación en el desarrollo del encierro y el éxito del mismo con reses encerradas, otros simplemente acompañan alejados. Y los chalecos beiges, que no están numerados, son cinco y los llevamos yo, como alcalde, y el resto de concejales y colaboradores”, añade.
