Hay en Tierras de América lugares que llevan el nombre de nuestra ciudad. Un río famoso fue bautizado con el nombre de Segovia y la misma denominación llevan dos ciudades. La una, llamada hoy Barquisemeto, se levanta en la zona montañosa de Venezuela, la otra, Nueva Segovia sigue su vida en tierras nicaragüenses.
Fue Rodrigo de Contreras quien siendo Gobernador de Nicaragua, trasladó la capital a la Granada americana. Desde allí, reuniendo gentes y pertrechos, envió una expedición que atravesando el Gran Lago y, siguiendo la corriente natural del agua exploró Don Rodrigo descubriendo una salida al Atlántico.
Dos años antes, en 1537, había conquistado, junto con su paisano, Pedrarias, el territorio de Panamá donde se instaló la Nueva Audiencia, que tanto bien habría de proporcionar con el mantenimiento del orden, entre nativos y colonizadores. Pues las órdenes recibidas hicieron que las Audiencias se convirtieran en defensoras de los derechos y prerrogativas que la Iglesia y el Reino concedían a los indios.
Y, mira por cuanto, sería aquella salvaguarda del bien lo que llevó a condenar a Don Rodrigo, ante las graves acusaciones que sobre él pesaban, por el maltrato que daba a los aborígenes. Se le retiró del cargo y los bienes confiscados pasaron a la Corona. Don Rodrigo entabló ante aquella sentencia, recurso de alzada en el Consejo de Indias, pero no cesó de dar la réplica cuando, cansado de luchar, de una u otra forma, se asentó en territorio Peruano.
Sin duda don Rodrigo de Contreras era un segoviano luchador, pero ante la Ley, que es igual para todos, un poco testarudo.
Y aún, algunos lugares de Nicaragua se recuerda su memoria
