El tenista español David Ferrer resultó eliminado ayer en las semifinales del Abierto de Australia, primer ‘grande’ de la temporada, tras caer por la vía rápida ante el ‘número uno’ del mundo, el serbio Novak Djokovic, por 6-2, 6-2 y 6-1.
El de Jávea buscaba su primera final de un ‘Gran Slam’ y sabía de la dificultad de la misión, por tener delante al Belgrado, triple campeón en Melbourne, pero esperaba poder plantar cara. Sin embargo, ‘Nole’ no dio opción a ninguna sorpresa, ni siquiera a que planeara, y evitó un partido largo solventando su compromiso en poco más de hora y media.
‘Ferru’, cuarto cabeza de serie, nunca estuvo en el partido, desbordado por el tenis del primer cabeza de serie, que, tras pasar muchos apuros en los octavos para deshacerse de Stanislas Wawrinka, ha firmado dos ejercicios de superioridad ante Tomas Berdych y el alicantino. Djokovic se fue hasta los 30 golpes ganadores, y redujo a casi nada el impacto del alicantino, que firmó únicamente 11 y que fue un caudal de errores no forzados (32) en su desesperación por frenar el vendaval.
El quinto jugador del mundo se condenó desde el servicio, que perdió hasta en siete ocasiones y que no le acabó de funcionar, después de haber estado a buen nivel ante Nicolás Almagro (16 ‘aces’). Su rival, en cambio, estuvo demoledor en este aspecto, sin conceder a uno de los mejores restadores del mundo una opción de ‘break’ y perdiendo apenas puntos con el servicio.
Ferrer aguantó hasta el quinto juego. Ahí se produjo la primera rotura de Djokovic para tomar la delantera en el choque, ventaja que ya no soltó en todo el resto del encuentro, llevando siempre la iniciativa y presionando a su rival, incapaz de dar con la fórmula para contrarrestar al serbio.
Tras hacerse fácilmente con la primera manga, se esperaba la reacción del alicantino, pero ésta no llegó. El ‘número uno’ del ranking de la ATP rompió rápidamente en el tercer y quinto juego y puso la directa hacia la gran final con una ventaja de 2-0 que parecía insalvable para el de Jávea.
Para acabar con cualquier tipo de sorpresa, el de Belgrado le arrebató los dos primeros servicios a su rival, capaz únicamente de ganar 11 puntos en esta manga y que no presentó más oposición al balcánico que buscará su cuarta corona, tercera consecutiva.
«Oye, es que jugué muy bien. Lo siento», le dijo Djokovic a Ferrer, que le contestó con su verdad: «Por favor, no te preocupes, eres mejor que yo». El diálogo, que se produjo en el recorrido entre la red y la silla del juez instantes después del final del encuentro, fue reconstruido por el tenista alicantino que, posteriormente, realizó un doloroso ejercicio de reconocimiento de sus límites en este deporte.
«No hubo forma. Hay que aceptar la tunda y la paliza que me han pegado», explicó el que, a partir del lunes, será el cuarto mejor jugador del mundo, pues ascenderá un puesto en la clasificación, tras un inicio de temporada en el que conquistó Auckland y fue semifinalista en Doha y Australia.
«No es fácil asimilar que es tan superior a mí cuando solo te separan tres puestos», añadió el español, que reconoció que la de ayer fue la peor derrota de su vida entre las 46 que ha sufrido ante el cuarteto dominador del tenis, que completan su compatriota Rafael Nadal, el suizo Roger Federer y el británico Andy Murray.
Pese a la decepción por no alcanzar la final, el propio Ferrer dio la receta de cara al futuro: «Tengo que ser honesto conmigo mismo, esto es un toque de atención. Pero voy a seguir luchando como siempre lo he hecho».
