Barack Obama y Mitt Romney se diferencian, sobre todo, en su política económica. En las cuestiones del exterior, el contraste es menos claro. Aquí están sus posiciones en 10 importantes temas:
Desempleo/impuestos: Obama quiere mantener privilegios fiscales para la clase media y apuesta por beneficios impositivos para las empresas que creen puestos de trabajo y por un mejor programa de readaptación profesional. Además, quiere iniciar un ambicioso programa de cientos de miles de millones de dólares para mejorar las infraestructuras, lo que generará puestos de trabajo.
Romney rechaza el uso de los impuestos para generar empleo. Desea reducir en general un 20 por ciento las tasas, incluso para los que más ganan, y desregularizar para reforzar el sector privado. También quiere disminuir los tributos a las empresas y al rendimiento del capital. La pérdida de ingresos la quiere compensar con la abolición de beneficios fiscales.
Energía: Obama tiene en el punto de mira a los vehículos que más combustible consumen y, para ello, ha decretado nuevos estándares para los nuevos coches. Se muestra cuidadoso con la explotación de nuevos yacimientos de crudo frente a las costas del país y apuesta por promover energías renovables.
Romney acabará con las ventajas para las energías renovables y conservará los estímulos fiscales a la promoción del petróleo.
Déficit: Obama quiere reducir el alto déficit elevando los impuestos para los estadounidenses que ganen más de 250.000 dólares al año. Además, desea combatir los paraísos fiscales y las ventajas que sobre todo benefician a los ricos. Quiere recortar gastos en programas de política interior, pero no en programas sociales como el seguro de salud para ancianos y necesitados. Y ahorrar en gasto militar.
Romney se niega a cualqueir recorte castrense y al aumento de tasas, pero apuesta por reducir en gastos internos y desea reformar profundamente programas sociales como el seguro de salud para ancianos y necesitados.
Aborto: Obama es un firme defensor del derecho a abortar. También lo fue Romney, pero ahora habla de defenderlo solo en tres supuestos: embarazo por violación o incesto y riesgo para la vida de la madre.
Inmigración: Obama desea abrir una puerta a los inmigrantes ilegales que llegaron al país siendo niños. Romney, en cambio, está en contra de toda amnistía para los sin papeles, a los que niega todo beneficio estatal, incluido el permiso de conducir.
Sanidad: Romney quiere cancelar la reforma sanitaria de Obama, que pretende dar cobertura a casi todos los estadounidenses y que prevé un impuesto de castigo para aquellos que no están asegurados, aunque podrían estarlo. El republicano opina que el Gobierno se atribuye demasiado poder y que deberían ser los estados los que pudieran decidir cómo resolver el problema de los no asegurados.
Siria: Obama se niega a armar a los rebeldes al régimen, ya que teme que caigan en manos de extremistas. Aunque Romney está a favor de suministrar material, promete que no lo hará.
Irán: Tanto Obama como Romney coinciden en que un Irán atómico es inaceptable. Aunque el demócrata no descarta ninguna opción, espera que las sanciones den frutos. Su rival quiere reforzar la presencia de la flota de EEUU en la región.
Oriente Próximo: Obama y Romney se decantan por la solución de los dos Estados: un Estado palestino democrático que coexista en paz junto a Israel. El conservador amenaza con recortar la ayuda a los musulmanes si persisten en lograr el reconocimiento en Naciones Unidas .
Rusia: Obama habla de una nueva era y de más flexibilidad en su trato con Rusia, mientras que Romney quiere confrontar con más fuerza el «comportamiento agresivo y expansionista» del Gobierno de Moscú apoyando también reformas democráticas.
