Cuando uno tarda casi una hora en colocar el equipaje en el maletero de un coche prestado es que algo va mal. Jugar al tetris con sacos de dormir, esterillas, una nevera repleta de comida, tiendas de campaña y ropa cómoda es una tarea de lo más compleja.
Lo cierto es que, aunque difícil, es necesario si lo que quieres es llegar a Burriana (Castellón) a uno de los festivales que, aunque algo ‘inmaduro’, se ha convertido en uno de los más exitosos del panorama nacional: el Arenal Sound.
Cuatro largos días de música indie y electrónica de grupos como ‘Dorian’, ‘La habitación Roja’ o ‘Love of Lesbian’ se mezclaron con los tintes rumberos, la fusión y el mestizaje de otros como ‘Canteca de Macao’, ‘La Pegatina’ o ‘La Pulquería’.
Seis horas después de salir de Segovia llegamos a las instalaciones del camping que la organización había montado para todos los ‘sounders’. Centenares de asistentes a los conciertos debieron de pensar lo mismo que nosotras porque llegamos prácticamente al mismo tiempo, lo que originó un enorme colapso hasta encontrar un lugar decente para aparcar y, horas después, para acampar.
Pero, como cuando lo que te mueve a estar días sin ducharte con agua caliente, a comer únicamente sandwiches y a tener tu nueva vivienda llena de arena de playa, es el sonido de grupos como ‘Supersubmarina’, ‘Vetusta Morla’ o ‘Russian Red’, el resto deja de importar.
Sobre todo si, entre los más de cien grupos participantes, hacen que saltes, grites, sudes, cantes, aplaudas, rías… y acabes las actuaciones con tanta energía que no te apetezca dejar de saltar durante el resto del Festival. Eso sí, durante el día ayuda que la playa del Arenal de Burriana esté a pocos metros del camping para recuperar lo perdido la noche anterior.
En 2010 se alcanzaron las 30.000 personas; en esta edición el número se ha multiplicado por cinco, pues la organización ha apuntado que los asistentes fueron cerca de 160.000, lo que demuestra su rotunda consolidación.
Y así, tras sobrevivir a noventa y seis horas de absoluto desgaste, en lo único en lo que pensamos es en qué grupos vendrán el año que viene. Porque sí, volveremos.
