Devotos y visitantes llenaron durante la jornada de ayer las calles de la capital para celebrar la solemnidad del Corpus Christi con la procesión de la Eucaristía.
Según el Obispo de Segovia, César Franco, “La procesión del Corpus no es una más de las muchas que se hacen en la Iglesia. Es más que una procesión. La Eucaristía es Cristo. Y Cristo se convierte en un compañero de camino, como en Emaús. Su presencia nos recuerda que el amor de Dios perdura y se compadece de nosotros de muchas maneras. Es alimento, medicina, consuelo y compañía”.
Tras la celebración de la misa solemne en la Catedral, tuvo lugar la procesión, que partiendo de la Plaza Mayor recorrió las calles Infanta Isabel, Herrería, José Canalejas, Gobernador Llasera, Plaza de los Espejos, Seminario, Plaza Adolfo Suárez, Conde de Gazola, Obispo Gandásegui antes de regresar de vuelta a la Catedral.
Como es tradición, la Hostia consagrada fue llevada en una custodia protegida por un vidrio transparente para que los fieles que se acercaron a la procesión, pudieran contemplarla. El camino estuvo acompañado por cánticos y rezos en honor al Cuerpo de Cristo y por la música de la Banda de la Unión Musical de Segovia y la Banda de música de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad de San José .
Durante el recorrido se efectuó una oración sacramental ante los altares situados frente a las iglesias Real de San Miguel, Seminario, San Martín y el Convento del Corpus Christi. De vuelta en la Catedral, se llevó a cabo la oración de los niños a Jesús Sacramentado y bendición final del Obispo de la Diócesis.
En conmemoración de este día excepcional, las Catedral se abrió a las visitas de 14:00 a 21:30 horas, mientras que el Palacio Episcopal permaneció abierto a las visitas durante todo el día, de 9:00 a 21:30 horas.
