Ocho personas, todas ellas de nacionalidad española, fueron detenidas en la desarticulación de una banda dedicada al robo de mercancías en almacenes y transportes en vías de comunicación de seis provincias españolas, tres de ellas de Castilla y León. La operación, desarrollada por la Guardia Civil, permitió esclaracer 30 hechos delictivos y recuperar material y vehículos por valor de más de un millón de euros.
Las pesquisas fueron coordinadas por las comandancias de la Guardia Civil de Burgos y Valladolid, que iniciaron respectivamente las operaciones ‘Sepptiimus’ y ‘Lorryva’, que se unieron en una al constatarse que eran los mismos autores.
De hecho, los ocho detenidos, la mayoría de la provincia de Valladolid, tenían un amplio historial delictivo, incluso el líder de la banda, un hombre de 32 años con iniciales J.L.R.D, acumula 45 detenciones anteriores. El embrión del grupo fue desmantelado en Valladolid el pasado mes de mayo en la denominada operación ‘Olorva’, tras lo que se reconstruyó.
En concreto, los detenidos son, al margen del cabecilla, J.G.V, de 33 años; J.B.S, de 28; D.B.V, de 26; P.B.C, de 24; A.V.F, de 44; T.S.R, de 31, y D.F.N, de 26. Asimismo, se recuperó numeroso género robado en actos delictivos cometidos en naves, empresas y camiones en las provincias de Valladolid, Burgos, Ávila, Madrid, Valencia y Cuenca.
Los presuntos autores inutilizaban las alarmas de los centros donde operaban, tras lo que aguardaban a que acudieran los vigilantes y, cuando estos abandonaban la empresa, forzaban la puerta, seleccionaban la mercancía y se la llevaban en su propio camión o, si en la empresa robada existía algún camión, no dudaban en llevárselos cargados para abandonarlos posteriormente en parajes tras esconder la carga.
Entre estos robos, el jefe de la Comandancia de Valladolid, el teniente coronel Miguel Recio, señaló uno en un almacén de congelados de la capital del Pisuerga por valor 60.000 euros, cuya mercancía se llevaron en un camión frigorífico de su propiedad. A pesar de todo, el teniente coronel puso en duda el estado de dicho vehículo y advirtió del riesgo añadido para la salud pública de consumir esos productos al poder haberse interrumpido la cadena de frío.
La banda, además, ponía vigilantes en las áreas de descanso para robar en los camiones que se paraban en ellas. Así, rajaba las lonas de los vehículos estacionados para seleccionar la mercancía y, una vez hecho esto, avisaban a los encargados de llevar los camiones o cabezas tractoras para cargar las mercancías transportadas. Igualmente se informaban sobre las rutas de empresas o grandes almacenes para seguir sus transportes y robar lo que llevaban.
Para la comisión de los delitos también se apropiaban de cabezas tractoras con las que llevarse los remolques cargados. Una vez que tenían en su poder la mercancía, la trasladaban a naves abandonadas o embargadas, o bien directamente a grandes polígonos del extrarradio de Madrid, donde podían entrar y salir sin levantar sospechas.
La actividad coordinada entre las comandancias de las provincias implicadas permitió que el pasado 1 de diciembre se organizara un dispositivo que permitió detener a los autores tras sorprenderlos ‘in fraganti’ cuando perpetraban un robo en un almacén ubicado en Aldeamayor de San Martín (Valladolid).
En él, habían inutilizado la alarma y tenían cargados palés de mercancías que ya habían seleccionado para sustraerlos por valor de 50.000 euros. En ellos había botellas de ginebra, cestas de Navidad, material de jardinería o productos de alimentación.En esta redada se arrestaron a cuatro personas.
Una vez desmantelado el grupo se recuperó abundante mercancía (bebidas, tecnología, comestibles), así como tres remolques, dos cabezas tractoras y dos vehículos de alta gama. Como ejemplo, en Valladolid se cometieron robos en una empresa de informática por valor de 90.000 euros.