Estados Unidos revive los temores que provocó la masacre terrorista del 11-S después de que dos personas fueran detenidas ayer en Nueva York, acusadas de estar relacionadas con un intento de atentado registrado en esa misma ciudad el pasado año, según informaron fuentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Se trata de Adis Medunjanin y Zarein Ahmedzay, cuya nacionalidad no fue facilitada y que, según el portavoz policial Richard Kolko, forman parte de una «investigación en marcha», por lo que no aportó comentarios adicionales.
De momento se ignoran también los cargos exactos que pesan sobre estos dos detenidos, pero según la oficina del fiscal general de Brooklyn, ambos podrían comparecer ante la justicia en breve.
Según declaraciones del abogado de Medunjanin, Robert Gottlieb, sobre su cliente parecen pesar cargos relacionados con una conspiración para utilizar armas de destrucción masiva en EEUU. No se tiene ninguna información respecto al otro arrestado.
En relación con este caso se encuentra ya detenido desde hace varios meses Najibullah Zazi, que trabajaba como conductor en el aeropuerto de Colorado (EEUU) y quien aseguró ante el juez no ser culpable de los cargos que se le imputaron de intentar construir armas de destrucción masiva para cometer una matanza comparable al 11-S en Nueva York.
El éxito policial que suponen los arrestos efectuados ayer contrasta con la sucesión de errores protagonizados en las últimas semanas por las agencias de inteligencia de EEUU, que costaron la vida a siete agentes de la CIA a quienes emboscó un agente doble jordano en su oficina de Afganistán, y con el incidente que provocó un joven nigeriano al tratar de detonar explosivos en un vuelo entre Amsterdam y Detroit, un suceso que fue posible porque no se transmitió a tiempo la información sobre sus tendencias radicales que habrían impedido que embarcara en el avión.
Si el jueves era el presidente de EEUU, Barack Obama, quien criticaba estos fallos y prometía mejoras en los sistemas de vigilancia aérea y en el intercambio de datos entre las diferencias agencias de espionaje, ayer fue el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, quien tomó la palabra para dar su respaldo a las duros ataques vertidos contra los servicios de inteligencia en Afganistán, aumentando así la presión sobre estos departamentos para que cambien su estrategia de matar insurgentes por la de conquistar los corazones de la población civil.
Gates elogió el informe en este sentido elaborado por el general Michael Flynn, vicejefe del Estado Mayor para Inteligencia de las fuerzas de EEUU y la OTAN en Afganistán, quien sostiene que los agentes que operan en el país asiático están «aislados» de quienes podrían informarles y son incapaces de lograr complicidades con los caciques locales que serían de enorme utilidad en la lucha contra Al Qaeda y los talibanes. La conclusión del análisis de Flynn, que Gates considera «brillante», es que «no puedes tener éxito contra la insurgencia sin una profunda comprensión del enemigo».
