En la Joyería Muñoz, el lujo y la belleza de los relojes y joyas fue reemplazado ayer por la brutal presencia de los cascotes y los hierros retorcidos de las cajas fuertes reventadas por los asaltantes que desvalijaron el establecimiento, al que accedieron a través de un complejo y laborioso sistema de butrones realizados desde una antigua sala de fiestas muy próxima al establecimiento.
Los propietarios del establecimiento, uno de los más señeros del sector en la capital, descubrieron el robo al abrir la tienda situada en el número 16 de la Avenida de Fernández Ladreda, dando aviso a la Policía, que rápidamente se personó en el lugar de los hechos.
A lo largo de toda la mañana, efectivos de la unidad de Policía Científica de la Comisaría de Segovia analizaron el local y las vías de acceso al mismo que llevaron a cabo los delincuentes, con el fin de buscar indicios que puedan llevar al esclarecimiento de los hechos.
Según las primeras investigaciones, los delincuentes accedieron a la joyería a través de la discoteca «Summum», actualmente cerrada y próxima a la joyería, a la que entraron por una puerta lateral ubicada en la calle Juan de Segovia .
Una vez dentro, realizaron un primer butrón a través del falso techo del local para entrar en el interior del portal del edificio que alberga la joyería, donde volvieron a realizar otro agujero a través del hueco del ascensor por el cual entraron a la tienda.
Una vez dentro, los ladrones reventaron las cajas fuertes del establecimiento empleando lanzas térmicas -herramientas habitualmente utilizadas por bandas organizadas dedicadas a este tipo de delitos- de las que se llevaron todo el material valioso de su interior, sin que por el momento haya podido ser cuantificado el valor total del botín obtenido por los delincuentes.
Las pesquisas policiales indican que esta operación no ha sido cosa de un día, ya que precisa de una labor previa de investigación por parte de los delincuentes para averiguar los presuntos puntos débiles en la seguridad del establecimiento. Además, la entrada en el mismo les pudo llevar entre dos o tres días de trabajo, favorecido por el hecho de que el establecimiento atracado está ubicado en un edificio que actualmente no está habitado, con lo que los delincuentes pudieron trabajar sin temor a que el ruido pudiera ser advertido.
Los propietarios de los comercios próximos a la joyería aseguraron no haber notado nada raro en los últimos días, aunque otros testimonios indican que en el local de la discoteca se habían escuchado algunos ruidos extraños, circunstancia que aún no ha sido verificada en la investigación policial.
Desde la Subdelegación del Gobierno un portavoz aseguró que la investigación policial «sigue su curso» y declinó facilitar más detalles sobre la misma, a la espera de que esta tarea de sus frutos.
La presencia policial en la zona atrajo la atención de decenas de curiosos que se acercaron a los periodistas que aguardaban noticias a la puerta del establecimiento, al que también se acercaron los propietarios de comercios contiguos y algunos integrantes de la Asociación de Comerciantes Segovianos (ACS) y de la Federación Empresarial Segoviana (FES) que expresaron su apoyo y solidaridad con el empresario víctima del robo.
En su habitual comparecencia de los jueves, el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes conoció la noticia del suceso y reiteró los datos facilitados el pasado lunes por la subdelegada del Gobierno en la fiesta de la Policía Nacional para asegurar que la capital «sigue siendo una de las ciudades más seguras de España e incluso del mundo, aunque nadie está libre de que pueda ocurrir un hecho de estas características».
