Las predicciones meteorológicas para ayer miércoles, jornada de clausura de Titirimundi 2013, eran adversas. Y se cumplieron, aunque solo a medias. La anunciada lluvia se presentó desde primera hora de la mañana y a eso de las doce, cuando debía comenzar en San Martín el primer espectáculo de calle del día, con los franceses Rue Barrée, continuaba cayendo, con unas escaleras donde se sienta el público y un escenario totalmente mojados.
Suspendido el primer espectáculo, la situación se repetía minutos después en la Plaza de la Trinidad, donde debía actuar Tanxarina. A eso de las doce y media, y con la lluvia aún cayendo, la organización decidía suspender definitivamente todos los espectáculos de calle de la mañana.
Mejor suerte corrieron los espectáculos de los patios, que aguantaron la lluviosa y fría mañana, más propia del invierno que de mediados de mayo, sin suspensiones. El Circo de las Pulgas desarrolló su espectáculo sin problemas en el interior de su carpa, en las ruinas de San Agustín; y Bululú dejó el patio del Palacio de Quintanar para ocupar una de sus salas.
Los pronósticos anunciaban que las probabilidades de lluvia eran menores por la tarde y, efectivamente, el cielo se despejó de nubes y permitió desarrollar sin incidencias todos los espectáculos de calle vespertinos, en espacios como Fernández Ladreda, la Plaza Mayor, el Azoguejo, San Martín o la Plaza de la Trinidad.
Obviamente, las temperaturas eran bajas, y presenciar las actuaciones no era tan agradable como en los días pasados, pero las distintas sesiones congregaron a un buen número de espectadores. No se alcanzó, sin embargo, la afluencia de otros días de San Isidro, una jornada, festiva en Madrid, en la que tradicionalmente el festival recibe muchos visitantes de la capital de España.
