En su cuarto día de permanencia en la UCI del Hospital General de Segovia, la alcaldesa de Nieva, Marisa Gorgojo, ha lanzado un conmovedor mensaje en el que muestra el drama que se vive ante la expansión del virus.
Lo hace gracias a que ella se va recuperando cuando cumple una semana desde que fue diagnosticada de infectada por coronavirus. Ella mejora lentamente, pero comparte espacio con otros que corren peor suerte y apenas tienen fuerza para respirar.
Marisa Gorgojo, de 50 años, precisa de la ayuda de un respirador. Mantiene la esperanza, pero es consciente de las dificultades que encuentran los profesionales ante la avalancha de contagiados que se está produciendo.
Con dificultad para articular la voz afirma: “Estoy en la UCI (…) postrada en una cama y enchufada a una máquina que es la que me ayuda a respirar. Yo, al menos, tengo la suerte de seguir consciente, pero hay mucha gente en la UCI a la que la han tenido que dormir para ponerle respiración artificial. Es la máquina la que respira por ellos. Yo, afortunadamente me voy recuperando”.
Casi con rabia lanza un mensaje a los políticos y a los medios de comunicación: “No utilicéis esta enfermada para hacer política. Estos días lo que necesitamos es estar unidos. Solo así podremos vencer a esta enfermedad”. “Quienes tenemos la mala suerte de caer enfermos necesitamos vuestra ayuda. Necesitamos que ayudéis a los médicos y sanitarios del Hospital enviando todo lo necesario para que ellos no enfermen”. “Quiero decir también a los que están en su casa que no salgan, que no viajen. Por favor sed responsables. Esto es muy peligroso”, agrega.
Marisa Gorgojo quiere que su mensaje se comparta y pueda llegar al mayor número de ciudadanos posible. Para ello hace referencia a una película titulada ‘Cadena de favores’. “Pienso que si me ayudáis a compartir este mensaje a vuestros contactos, y ellos a su vez a los suyos, a lo mejor podemos llegar a todos. A todo el pueblo, a la provincia, la Comunidad y al resto de España”.
Por último, Marisa Gorgojo pide que las redes sociales se usen de forma solidaria con los demás para “cambiar nuestro pequeño mundo: ayudar a los demás, a la gente mayor que está sola en casa; preguntadles de vez en cuando”.
Marisa Gorgojo, que se califica como católica creyente, confía en Dios para acabar con este problema, y finaliza proponiendo rezar en los próximos días, aunque es consciente de que no todo el mundo lo hará.
