La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal dedicada presuntamente a la trata de mujeres para su explotación sexual en pisos utilizados como prostíbulos y ubicados en la provincia de Salamanca, con doce detenidos, diecisiete víctimas identificadas y cinco registros en inmuebles.
Las víctimas, de origen iberoamericano, eran captadas para trabajar en España mediante falsas promesas de mejora económica ofertadas en una red social y después se les sometía a un control estricto, obligadas a ejercer la prostitución continuamente y a consumir sustancias estupefacientes, según fuentes policiales.
La investigación comenzó gracias a una denuncia recibida en el correo electrónico ‘trata@policia.es’ de la Policía Nacional, que junto a la línea telefónica 900-105-090 está abierta a la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de los delitos relacionados con la trata de seres humanos.
El entramado, jerarquizado y con un claro reparto de roles, contactaba con sus víctimas a través de una red social en la que ofertaban falsos puestos de trabajo en España para mejorar su futuro y poder ayudar a sus familiares.
Una vez que las víctimas se encontraban en España, se les retiraba su documentación y así se veían obligadas a ejercer la prostitución por el miedo derivado de su estancia irregular y hacia la organización.
En la operación se han intervenido 21.000 euros en efectivo, 51 gramos de cocaína, datáfonos utilizados para el pago y abundante documentación relacionada con la investigación.
Prostitución y consumo de drogas
Las víctimas eran repartidas en los distintos pisos que la red disponía para sus fines, donde se les informaba de las condiciones de la explotación, que implicaban tener que estar disponibles las veinticuatro horas del día los siete días de las semana y ser obligadas al consumo de sustancias estupefacientes.
“Por los servicios prestados obtenían solo el 50 por ciento de los beneficios generados, estando sujetas a un sistema de multas en el caso de incumplir las normas impuestas por el entramado”, ha detallado la Policía a través de una nota informativa.
Eran sometidas a un control estricto al tener que permanecer en el interior de los pisos, con salidas limitadas al exterior y viviendo en condiciones infrahumanas.
La investigación también puso al descubierto el resto de actividades delictivas llevadas a cabo por los encargados de los domicilios en los que se ejercía coactivamente la prostitución, entre ellos delitos relacionados contra la salud pública, especialmente el tráfico de sustancias estupefacientes, que obligaban a tomar a las víctimas y facilitaban a los clientes si lo pedían.
