La Gimnástica Segoviana sabía lo que esperaba en su segundo partido de pretemporada, ante un candidato para ascender a Segunda División. Más allá de la contundente y previsible derrota ante un Real Madrid Castilla más rodado y con más efectivos, la plantilla azulgrana disfrutó de un cartel de ensueño, con Zinedine Zidane como jerarca del banquillo rival. Su hijo Enzo, desequilibrante en la media punta, decidió el encuentro en la media hora inicial, forzando a los segovianos a conjugar solamente el verbo defender y a revisar un par de despistes evitables con la línea de cuatro atrás algo adelantada.
No era el Santiago Bernabéu, pero a la escena no le faltaban detalles. Con la atmósfera operística del Hala Madrid, el once titular de la Segoviana aplaudió hacia la tribuna del Estadio Alfredo di Stefano, con alguna camiseta azulgrana decorando el rotulado Real Madrid en las sillas. El técnico gimnástico mantuvo el planteamiento del viernes ante el filial del Getafe, con un 4-1-4-1, con Manu en la salida de balón y Dani Arribas en punta.
Sorprendió que en los primeros minutos de un encuentro amistoso Manu fuera amonestado con el balón parado. Incluso coqueteó con un castigo mayor en una entrada posterior. El capitán gimnástico no tuvo muchos balones que distribuir ante un rival que impuso su mayor recorrido físico desde el pitido inicial, con una presión asfixiante. No toleraba demasiados pases el Castilla, que complementó su presencia en el medio con el cambio de marcha necesario para romper la jugada en tres cuartos de campo. Así llegó el primer tanto al filo del cuarto de hora, con la primera de muchas perlas de Enzo Zidane. El hijo del técnico blanco rompió la defensa gimnástica con un pase entre líneas que dejó a Álex y a Guille levantando la mano en busca del fuera de juego mientras Javi Muñoz ignoraba a otro compañero, desmarcado a placer, para batir a Pablo con un derechazo cruzado.
Por más que el objetivo fuera el aprendizaje defensivo, los jugadores gimnásticos no pudieron acallar su orgullo y, con Quique al frente, coquetearon el área rival ante un Castilla que dio un paso atrás. El extremo buscó cuando pudo medirse en velocidad con el lateral zurdo rival, José León, y terminó en el suelo en una de sus internadas, con una leve herida en la cara que le hizo dejar el campo, impidiéndole servir la falta que él mismo había provocado. Su deseo por el encuentro le hizo marcharse corriendo desde el córner a la banda en busca de la asistencia médica para cerrar la herida. No había tiempo que perder, pensó. Poco antes, Domingo no supo dirigir en el área rival una rápida triangulación con Alfonso y Quique.
Coqueteó con el empate la Segoviana en el córner que sucedió al minuto de parón, superado el ecuador del primer tiempo, para mitigar el impacto del calor. Javi Marcos se encontró con un testarazo a puerta vacía tras una mala salida del portero, pero no encontró premio. No volvería a tener tan cerca al rival el cuadro de Bertó, que se vería distanciado irremediablemente instantes después. El conjunto castillista castigó a la adelantada defensa castellana y el despeje desesperado de Rubén para cortar un mano a mano con Pablo desembocó en un remate de Narváez que superó a los centrales.
Según avanzó el reloj se hizo más visible el apartado físico, con una Segoviana que apenas echó a andar el 27 de junio ante un rival con una constitución privilegiada. Así, Muñoz aceleró en plena área visitante, superando en velocidad a Javi Marcos para después cederle el tercer tanto a Enzo Zidane, que remachó a bocajarro. El media punta estuvo cerca de repetir minutos después gracias a una meritoria vaselina con el exterior que superó la salida de Pablo antes de que el propio Marcos rechazara junto al poste.
El árbitro le indicó a Facundo que se cambiara la indumentaria antes de salir al campo y el arranque del segundo acto se demoró unos minutos. Álvaro Tejero no dio tiempo a que la Segoviana recuperara esperanzas y, tratando de imitar los comienzos de Gareth Bale, enganchó un zurdazo estratosférico partiendo de banda derecha. Habilitado por una cierta pasividad de Dani Lázaro y Manu, impactó al balón con el empeine exterior rumbo a la escuadra derecha de Facundo, que quedó petrificado.Ya en el tramo final, Markkanen y Reguilón cerraron la cuenta.
No escatimaron en esfuerzos los suplentes castillistas, conscientes de la competencia por un puesto en el once, y la Segoviana tuvo que especializarse en labores defensivas, a años luz de la meta rival. La presión sin balón es uno de los grandes méritos del equipo de Zidane, un arma que se torna crucial ante un rival sin revoluciones. Por si fuera poco, volvió al campo Enzo tras la lesión de un compañero. Cuando se marchaba solo hacia Facundo, Rafa le derribó sin disimulo. El línea levantó la bandera, pero el central gimnástico lo tuvo claro: el diez blanco ya había firmado suficientes diabluras.
Superados ya dos rivales de entidad del grupo II de Segunda División B, la Segoviana bajará varios escalones para visitar el miércoles al Cantalejo, de Primera Provincial, a partir de las 20.00. El sábado espera el Unami en La Albuera, que recibirá también al Getafe cuatro días después.
