La Gimnástica Segoviana necesita que se acabe el mes de enero lo antes posible. No sólo para que de una vez termine un mercado de fichajes que le está llevando por la calle de la amargura, sin recambio para el lateral izquierdo por la baja de Palmero y seguramente sin tu máximo goleador porque Davo parece más fuera que dentro, sino también porque las lesiones y las sanciones están llevando al equipo a una situación límite que traspasó en la noche del sábado con la derrota en el Stadium Gal de Irún en un encuentro que estuvo igualado menos de cinco minutos.
Resulta imposible hacer una valoración del partido sin mencionar las dos tarjetas rojas que vio la Gimnástica Segoviana en apenas diez minutos que condicionaron el encuentro de una manera total. Si a un día de frío, lluvia y viento se le une un campo donde jugar el balón raso se hacía imposible por el agua acumulada y se le suma a ello el hecho de que en un intervalo de cinco minutos el conjunto azulgrana pasó de tener once futbolistas sobre el campo a jugar con nueve y verse con 1-0 en el marcador, el relato de lo acontecido en el partido se resume solo.
DOS ROJAS PARA HACER SALTAR EL PLAN
La Segoviana saltó al Stadium Gal con un plan de partido, que pasaba por aguantar las acometidas del Real Unión, adaptarse lo más rápido posible a un campo impracticable (o casi) y con el paso de los minutos ir buscando la portería contraria. Pero el plan duró cinco minutos, los que tardó Abel Pascual en agarrar al local Sergio Benito cuando éste encaraba la portería de Carmona, y ver la tarjeta roja por parte de un colegiado que tiró de reglamento.
El conjunto azulgrana se descompuso lo justo para que su oponente buscara con más ahínco su cabe la meta contraria, y Juan de la Mata sacó bajo palos un remate de Javi Domínguez que llevaba camino de convertirse en el 1-0. Pero si ya era difícil sujetarse en el partido con uno menos, antes de que se cumpliera el décimo minuto de encuentro un remate de un jugador local fue desviado con la mano por Juan Silva. El árbitro volvió a tirar de reglamento, así que llegó la segunda expulsión para la Segoviana, y el 1-0 que marcó Sergio Benito desde el punto de penalti.
Con 1-0 y dos jugadores menos, la Segoviana se vio metida en un partido dantesco del que salió con muy malas sensaciones
A partir de ese momento, no hubo partido. El Real Unión anotó el segundo tanto antes de que llegara el ecuador del primer tiempo después de que Víctor se adelantara a la mermada defensa local rematando un saque de falta, y la noche prometía ser más que aciaga para los azulgranas, que no sólo buscaban un resultado positivo, sino también defender el 3-0 de la ida, que se vio igualado por medio de Eimil cuando todavía quedaba una hora de un encuentro dantesco.
Era muy difícil que a la Segoviana le salieran peor las cosas en Irún, así que durante los quince minutos que restaban hasta el descanso del encuentro, que fueron veinte porque el descuento de la primera parte se fue hasta los cinco minutos, la portería del equipo azulgrana no se vio profanada en más ocasiones, y no porque el Real Unión (que bajó el pistón con el 3-0) no tuviera más oportunidades, sino porque entre la defensa y Carmona, más el campo, impidieron que los de casa se fueran con un marcador más amplio a los vestuarios.
Pero daba igual, porque el daño, el tremendo daño que recibió la Segoviana en Irún, ya estaba hecho en los primeros diez minutos de partido. Así que el descanso sólo sirvió para reordenar a los jugadores, dar entrada a la juventud de Rodrigo Ibañes y de Hugo Marcos para cuidar en lo posible a Berlanga y Hugo Díaz, y buscar que la herida no se viera ampliada, sabiendo que el cansancio de tener que tapar los huecos con dos futbolistas menos podía ser más decisivo todavía en la recta final del encuentro.
GOLES COMO FRUTA MADURA
Pero, ya fuera porque el terreno de juego se iba poniendo cada vez peor, o porque el Real Unión tenía tan claro que la Segoviana que el partido se había acabado en el descanso, el juego bajó muchos enteros. Cierto es que los de casa tuvieron alguna oportunidad como la de Vidorreta cuyo lanzamiento se marchó muy cerca de la portería de Carmona, pero la cantidad de oportunidades fue menor.
Ramsés apostó por dar minutos, y así a poco más de media hora para el final sacó del campo a Carmona para meter a Li. Pero, como una cosa es que el partido tenga un ritmo bajo y otra que no haya llegadas al área, el Real Unión aprovechó la coyuntura para hacer el 4-0 por medio de Víctor San Bartolomé rematando un envío desde la izquierda.
Aunque calentó en la banda, Davo volvió a quedarse sin jugar a la espera de resolver su situación con el club durante la presente semana
Como se esperaba, el paso de los minutos fue abriendo más los espacios, y el 5-0 llegó de la mano de Dani Garrido casi sin ángulo. A partir de ahí, ni el Real Unión quiso más, ni la Segoviana pudo hacer demasiado por maquillar un marcador que se vio demasiado condicionado por lo que sucedió en los diez primeros minutos de partido.
El equipo azulgrana necesita resetear, sacar conclusiones de partidos como el jugado en un campo donde también hay que saber competir, y rezar para que el próximo partido (que todavía será en enero…) pueda contar con algún futbolista más. De momento, con seguridad no podrá hacerlo ni con Silva ni con Abel Pascual. Si pudiera hacerlo con Davo sería fantástico porque el gallego es un delantero extraordinario y su ausencia en el campo mientras se resuelve su situación se está notando demasiado. Pero sobre todo necesita volver a la competición con las certezas que ahora le están faltando.