La cuesta de enero para la Gimnástica Segoviana no puede tener una pendiente más empinada, pues el conjunto de Ramsés Gil, que abría la vigésima segunda fecha doméstica, no pudo sumar su primera alegría del año y sumó su cuarta derrota consecutiva frente a un Tarazona más práctico que estético que, con un gol de Fuentes al filo del descanso, asaltó La Albuera como ya hizo hace 14 días el Arenteiro para estirar la depresión gimnástica.
Desde la pizarra y, a razón de una enfermería convertida en hándicap gimnástico, un Ramsés Gil sin experimentos introdujo dos únicas variantes respecto al once de hace siete días frente al Real Unión: la entrada de Hugo Marcos y de un Fer Llorente ya recuperado de su lesión ante las ausencias por sanción de Juan Silva y Abel. Así, Carmona volvió a ejercer de guardián azulgrana, con David López y Juan de la Mata como pareja de centrales, laterales para Rubén y Hugo Marcos, medular formada por Manu y Fer Llorente junto a Hugo Díaz de enganche, bandas para Tellechea y Berlanga y arriba Diego Gómez. Los dos fichajes, tanto Céspedes como Farrell, aguardando desde un banquillo en el que también volvía Borrego.
Por necesidad, pero también por inercia ante un Tarazona que planteó una defensa de cinco en busca de ser dañino al contraataque, la Segoviana no tardó en hacerse dueño y señor del partido con un Diego Gómez inspirado y culpable de un primer acercamiento tras una buena conducción por el costado izquierdo que su centro se topó con un Fuoili que atrapó sin problemas. Una declaración de intenciones que no tardó en tener respuesta, pues el equipo de Juanma Barrero, por medio de un fútbol más directo, encontró a Fuentes a la espalda de Juan de la Mata, pero su disparo de primeras obligó a Carmona a intervenir con una gran parada con el pie.
Presentaciones hechas, las áreas desaparecieron y el Tarazona, con el paso de los minutos, comenzó a llevar a una Segoviana ahora más apática con pelota a su hoja de ruta inicial: cinturón abrochado atrás, muchos duelos aéreos y pocas ocasiones de gol. Y, entre esa desidia y dejadez a partes iguales con ambos porteros como meros espectadores, un Tarazona sin necesidad de brillantez pero sí con eficacia y que se siente como pez en el agua en esa coyuntura, encontró el petróleo del gol al filo del descanso.
FUENTES HUNDE A LA SEGO
En un desplazamiento en largo a la espalda de Hugo Marcos, de nuevo Fuentes se quedó en el mano a mano tras un control exquisito con un Carmona ante el que, esta vez sí, superó con una definición de altos quilates con un disparo raso para dejar, por si ya hacía frío de por sí, aún más congelada La Albuera. 0-1. Un golpe al mentón ante el que la Segoviana trató de reponerse de inmediato, pero que se dio de bruces ante un descanso que, además, no le sentó para nada bien, puesto que el Tarazona, oliendo sangre, cerca estuvo de hacer el 0-2 de no ser por un pie salvador de Carmona que mantuvo con vida al equipo de Ramsés Gil.
Tras el susto aragonés, junto a un nuevo disparo de Cedeño que se marchó fuera de la portería de Carmona, la Segoviana enseñó los dientes, pero no mordió, con un primer disparo de Gómez a la media vuelta interceptado por la zaga aragonesa y un remate también del ‘9’ tras un gran centro de Fer Llorente que se fue lamiendo el palo de la meta de Fuoli.
MAROTO PERDONA EL EMPATE
Y, a falta de dinamita, Ramsés Gil, con 20 minutos de partido aún por delante,arriesgó con un doble cambio en el que dio entrada a Álex Maroto e hizo debutar a Josh Farrell en detrimento de Tellechea y Hugo Marcos. Una apuesta atrevida dejando defensa de tres que dio paso a los mejores minutos de la Segoviana que embotelló a un Tarazona que, con los deberes hechos, dio también un paso atrás y cerca estuvo de pagarlo.
Porque hasta dos fueron las ocasiones claras que gozó la Segoviana con Álex Maroto como protagonista en ambas, pero la falta de colmillo del delantero segoviano mantuvo la renta maña. Ya en la recta final, el equipo gimnástico se lanzó a tumba abierta en busca de la igualada, pero en esta ocasión, la fortuna lo dio la espalda y, tras un córner que despejó un Tarazona que se defendió con uñas y dientes tras un disparo previo de Manu, la Segoviana nadó para morir en la orilla y alargó su agridulce tesitura.
Así, el equipo gimnástico encadenó su cuarta derrota consecutiva, la segunda seguida en La Albuera y que, además de por las sensaciones, llevan al conjunto de Ramsés Gil a una tesitura delicada, la de mayor magnitud desde su andadura en Primera RFEF. Tanto que, a expensas de lo que ocurra en el resto de una jornada aún por disputar, la Segoviana camina con un punto de ventaja sobre el descenso que puede volver a pisar como ya hizo en la duodécima fecha doméstica, precisamente también tras su empate frente al Tarazona.
De esta manera, el equipo azulgrana pone fin a un enero negro con un saldo de cuatro derrotas que lo han llevado a perder su colchón sobre la permanencia y buscará de revertir la situación en apenas siete días cuando visite el estadio Johan Cruyff para verse las caras con el filial del Barcelona. De momento, la Segoviana no parece levantar cabeza.