El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea denunció ayer que alrededor de 7.000 millones de euros del presupuesto comunitario de 2013 (cifra equivalente al 4,7 por ciento del gasto total de 148.500 millones de euros) se utilizaron de forma irregular, incumpliendo la legislación europea. Los auditores comunitarios han reclamado por ello a los Estados miembros y a la Comisión Europea que mejoren los controles y garanticen la obtención de mejores resultados con sus gastos.
El porcentaje de errores en el gasto detectado por el Tribunal de Cuentas es ligeramente inferior al de 2012 (cuando se situó en el 4,8 por ciento), pero está muy por encima del mínimo del 3,3 por ciento que se registró en 2009. Los auditores aprobaron las cuentas de la UE de 2013, pero subrayando que “la gestión de su gasto no es aún suficientemente satisfactoria en términos generales, ni en la Unión ni en los Estados miembros”.
“La Comisión Europea y los Estados miembros han de prestar más atención a cómo gastan el dinero de nuestros contribuyentes”, reclamó el presidente del Tribunal de Cuentas, Vítor Caldeira. Los auditores censuran en particular que se conceda prioridad “a gastar los fondos disponibles” y no a “conseguir buenos resultados”.
La mayoría de los errores se produjeron en los ámbitos de gastos de gestión compartida por los Estados miembros y la Comisión Europea.