Hace algunos años, el técnico Joaquín Caparrós acuño la expresión de la ‘visita al dentista’ para definir la goleada que había sufrido su equipo a manos del por aquel entonces intratable FC Barcelona. Han pasado las temporadas, pero el conjunto blaugrana, ahora en su sección de balonmano, continúa siendo el ‘dentista’ que hace sufrir y sufrir a todos sus rivales, un poco menos en la Champions, un poco más en Asobal.
Y el Viveros Herol Nava sufrió en sus carnes la visita del dentista, al que las ausencias de Pérez de Vargas, Raúl Entrerríos, Ludovic Fábregas o Palmarsonn, por citar algunos jugadores a los que Xavi Pascual dio descanso, no LE afectó en absoluto, algo normal cuando cuentas con dieciocho jugadores de primer nivel mundial, más un puñado de meritorios canteranos que no van a ser muy buenos en un futuro… porque ya lo son en el presente.
Ante esa tesitura, tratar de hablar de disquisiciones tácticas o de planteamientos más o menos ambiciosos resulta absolutamente estéril, porque el Barça domina en todas las facetas del juego, y en Nava no levantó el pie del acelerador más que en algunos momentos muy puntuales del partido, y ya en el tramo final cuando todos esperaban que el duelo terminara.
Del portero al pivote
Fue Haniel Langaro quien lideró la ofensiva del Barça en los primeros minutos del encuentro, para posteriormente ceder el testigo anotador a Luka Cindric, que con siete goles en el primer tiempo dio buena muestra de su calidad en el central.
La apuesta de Zupo Equisoain de hacer un partido de ida y vuelta en el primer tiempo le vino como anillo al dedo al FC Barcelona, que machacó una y otra vez al contragolpe hasta llegar al 12-25 con el que se llegó al descanso.
La defensa que puso en liza el equipo catalán tras el intermedio fue absolutamente espectacular, cortocircuitando el ataque del Balonmano Nava prácticamente desde sus primeras circulaciones, secando por completo a los pivotes y obligando a los locales a jugar rozando el pasivo, si lograban llegar a ello, porque los más de veinte contragolpes del cuadro blaugrana a lo largo del choque reflejan muy claramente cómo la defensa visitante logró dejar en nada al ataque segoviano.
El 2-12 de los primeros quince minutos de la reanudación dio paso a una recta final del partido en la que se igualaron los goles, con Adrián Rosales y Rodrigo Pérez encontrando algunas vías de penetración sobre la portería del Barcelona, que con algunos errores de Dika Mem en contragolpes muy claros venció en el parcial de los segundos quince minutos, pero solo por 7-8, cerrando el encuentro con el 21-45.
Lo peor del encuentro, sin duda, fue que los aficionados del Viveros Herol Nava no pudieron disfrutar en directo del mejor (o casi) equipo del mundo, que volvió a hacer un ejercicio de profesionalidad ante un Viveros Herol Nava que prepara las batallas que en las próximas semanas, tras el paso de la Copa del Rey, deben decidir su futuro en la Asobal.
