Se llama Débora Serrano, es sevillana y arquitecta por la Universidad Pública de la ciudad del Guadalquivir y la coincidencia de tener antepasados en Martín Muñoz de las Posadas hizo que su tesis doctoral tuviera como objeto el estudio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Hasta ahora nadie había profundizado tanto en la historia del templo, planteando una visión conjunta de la evolución de la iglesia, asociada de forma indisoluble a la transformación del pueblo y al concurso del personaje más representativo de la Villa, que como no podía ser de otra manera, lleva el nombre del Cardenal Espinosa. Este exhaustivo estudio ha tomado forma de libro editado por la Diputación y se presenta hoy, 1 de junio a las 19,00 horas en el salón de plenos del Palacio Provincial. En el acto, además de la autora, intervendrán el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, y el director de su tesis, el catedrático de Expresión Gráfica Arquitectónica de la Universidad de Sevilla, José Antonio Ruiz de la Rosa.
La autora ha planteado su libro como un proyecto de investigación amplio y conjunto que aborda el tempo como un todo y que se adentra en el análisis de su evolución constructiva a lo largo de sus diferentes etapas históricas. Si bien se ha descrito al edificio como un ejemplo del estilo tardogótico, lo es solo su cabecera, porque la iglesia tiene elementos del siglo XI hasta el siglo XVI, cuando se deja inacabada la reforma que tenía en mente el Cardenal Espinosa y que planteaba una transformación radical, acomodándola al estilo de la época.
Indudablemente el concurso de este notable personaje, presidente del Consejo Real de Castilla durante el reinado de Felipe II y uno de sus principales ministros, fue clave en la historia del pueblo. Él fue, descubre la autora, quien lleva a cabo la última gran transformación de la villa con la eliminación de la cerca perimetral que la protegía, rompe límites, levanta el convento, el hospital y comienza una gran transformación del edificio. Sólo su muerte y la del arquitecto autor del proyecto Juan de Rasines,, par de Juan de Herrera y Gil de Hontañón, la consiguen parar, quedándose el cambio únicamente en la cabecera.
