L a localidad de Zarzuela del Pinar fue ayer el escenario de una representación en la que participan y colaboran casi todos sus vecinos desde hace dieciseis años, el ya tradicional Belén Viviente. Alrededor de un centenar de figurantes formaron parte del Nacimiento viviente. La iniciativa partió en el año 1977 del Ampa de la localidad, con la intención de organizar una nueva actividad, además de la Cabalgata de los Reyes Magos, que animara a niños y mayores durante las fiestas navideñas. Así, tras hablar con el párroco, surgió este Belén Viviente, que comenzó recreando escenas tradicionales, para después año tras año ir evolucionando con la colaboración y las aportaciones de los vecinos del pueblo.
El cortejo partió ayer a las cinco de la tarde del Castillo del rey Herodes, protagonizado por San José y la Virgen María en burro, que fueron pasando por todos los puestos de un mercado de la época, escoltados por dos soldados romanos a caballo. La calle principal de Zarzuela acogió los diferentes espacios del mercado, después de pasar por el río, en el que varias lavanderas se afanaban en lavar ropa. Este año han sido unos veinticinco los puestos artesanales del mercado, entre los que se encontraban: panaderos, carpinteros, pasteleros, alfareros, telares, herreros, pastores, embutidos, lecheros, cazadores, pescaderos, verduleros, vinateros, una posada, un molino y una cantina. A lo largo del recorrido, los artesanos han repartido bizcocho, caramelo, sopas de ajo y castañas a los numerosos espectadores que siguieron la representación, para aliviar de alguna manera el intenso frío que ayer hizo en la provincia.
Tras la anunciación de la llegada de Jesús a los pastores, se representó el nacimiento del Niño en la ermita del Santo Cristo del Humilladero, donde concluyó este año el Belén Viviente.
La música de los dulzaineros animó el recorrido de José y María por el mercado, hasta llegar a la ermita. Y en diferentes puestos, los artesanos entonaron villancicos populares a los que se unieron los vecinos. Tambien hubo tiempo para lanzar globos chinos al cielo, que hicieron las delicias de los más pequeños, y el lanzamiento previo en las antiguas escuelas de numerosos globos en recuerdo de los vecinos fallecidos en Zarzuela del Pinar.
Todas las escenas se representaron en diferentes puntos del municipio, en un recorrido de unos 700 metros, que se va acondicionando a lo largo de los días previos con escenarios de ediciones anteriores que cada año se van retocando. Todo el pueblo colabora de alguna manera en la organización del Belén Viviente, y todos los años se esperan estas fechas para ver el resultado de todo un año de trabajo. Desde los niños pequeños, hasta las personas mayores de Zarzuela del Pinar representan su papel en este tradicional belén, ya consolidado, una cita obligada a la que acuden vecinos de toda la comarca.
