La imagen del Niño de la Bola protagonizó la primera de las procesiones del año en la villa y lo hará también en la segunda que tendrá lugar el próximo seis de enero, festividad de los Reyes Magos.Estas son las dos citas más tradicionales y populares de la Navidad cuellarana.
Además esta procesión se caracterizó por el regreso de la imagen a su templo, la iglesia de San Esteban, al que en las últimas ediciones no se había podido acceder por las obras que se desarrollaban en su interior y su entorno. Los asistentes pudieron comprobar en esta ocasión el resultado de la restauración de los sepulcros el presbiterio del templo restaurados por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León y también el exterior del templo y sus accesos acondicionados por el propio Ayuntamiento de la villa, así como el de la calle de El estudio recientemente arreglada también.
A las cinco de la tarde los cohetes anunciaban la salida de la imagen de la iglesia de San Miguel, en la Plaza Mayor, portada en andas por miembros de su cofradía y al son de la dulzaina y el tamboril de los Hermanos Ramos, acompañados por las tejoletas. Acompañando a la imagen el mayordomo de este año, Mariano Martín, más conocido en la villa como “el relojero”, el alcalde de la villa, Jesús García, y los ediles de Policía y Tráfico y Festejos, Marcos Rodríguez y Juan Pablo de Benito. Junto a ellos numerosos devotos y curiosos que se fueron sumando durante las más de dos horas del recorrido. El frio y algunas gotas de lluvia acompañaron a la procesión. Ésta accedió a San Esteban donde se entonó una oración y posteriormente el tradicional villancico al Niño de la Bola y otro popular. Desde allí la imagen continuó su camino hacia San Miguel por las calles Duque de Alburquerque y Morería.
Tradición
La leyenda cuenta que fue un hombre procedente de Madrid que vendía ajos quien encontró en uno de sus viajes la imagen del Niño de la Bola en un desván, y cuando llegó a la villa la dejó al sacerdote de la Iglesia de San Esteban con la intención de recuperarla y llevársela a su vuelta, pero la devoción surgida en el municipio hacia la imagen hizo que finalmente el hombre decidiera dejarla en la parroquia.
La cofradía del Niño de la Bola conserva algunos objetos utilizados en las procesiones originales. El primer documento que recoge la existencia de esta hermandad data de 1679.
El miércoles 6 de enero el Niño de la Bola recorrerá de nuevo las calles de la villa.
