El ministro de Economía, Luis de Guindos, negó ayer que la UE esté presionando al Gobierno español para que acepte una prórroga del rescate bancario, que expira a finales de año, y sostuvo que el país no necesita más ayuda europea porque se financia sin dificultades en los mercados.
«No tengo presiones de ningún tipo», aseguró al término de la reunión informal de ministros de Economía de los Veintiocho. De Guindos espera que en el encuentro del Eurogrupo de noviembre, en el que se discutirá el futuro del rescate de España, se decida dar por terminado el programa de ayuda.
En contraste, la Comisión Europea no descarta «algún tipo de acompañamiento» tras el final del plan de rescate, por si surgen nuevas necesidades en las financieras tras la nueva ronda de test de estrés que realizará el Banco Central Europeo (BCE) en verano de 2014, según fuentes institucionales.
«Las instituciones comunitarias tienen que estar satisfechas de que el programa de asistencia bancaria a España haya funcionado», replicó el titular de Economía al ser preguntado por estas dudas, que, según manifestó, ningún responsable de la UE le ha hecho llegar de forma oficial.
Así, en su opinión, el país no necesita «en absoluto» ningún tipo de ayuda de la Unión tras el fin del rescate porque «se está financiando en los mercados». «Y se está haciendo tras haber cubierto más del 80%, e incluso con la posibilidad de sacar nuevos instrumentos de deuda a más largo plazo, y lo está llevando a cabo a tipos de interés que son especialmente reducidos», apuntó.
La situación, sostuvo, es «completamente distinta» a la del verano de 2012, cuando el Gobierno pidió el rescate, porque entonces «el Tesoro español tenía unas condiciones de acceso a los mercados extremadamente difíciles», con una prima de riesgo sobre los 600 puntos y «enormes dudas sobre la solvencia, las provisiones y el capital de los bancos patrios».
Estas dudas, en gran parte «injustificadas», se han resuelto, y el análisis de los balances bancarios nacionales que se hizo el año pasado para pedir ayuda servirá de «modelo» a la evaluación de activos del Banco Central Europeo, destacó Luis de Guindos.
«Hoy los bancos españoles tienen mucho más capital, muchas más provisiones para hacer frente a los activos problemáticos y se ha creado el banco malo que ha supuesto todo un alivio», puntualizó.
Tras el final del rescate solo quedará la supervisión reforzada por parte de Bruselas prevista en la legislación europea hasta que se devuelva el 75% del crédito. «Los países que dejan atrás el programa, y yo estoy convencido de que vamos a dejar atrás su programa, tienen posteriormente, de acuerdo con la legislación comunitaria, una serie de obligaciones de información», explicó.
Además, la situación nacional tampoco es equiparable, según De Guindos, a la de otros territorios comunitarios como Irlanda y Portugal, que también saldrán próximamente del rescate.
