En una comparecencia en el Congreso prudente pero optimista, el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció ayer que el PIB creció un 0,3% durante el cuarto trimestre de 2013. A su juicio este dato demuestra que hay un cambio de tendencia y que lo que «era una previsión, hoy es una realidad», por lo que estamos ya «ante una recuperación, aún frágil pero que es, por fin, recuperación. La mayoría de los indicadores de coyuntura que vamos conociendo señalan que los datos positivos se van reforzando y permiten anticipar que el PIB del cuatro trimestre será mejor que el del tercer trimestre», señaló el ministro.
De Guindos compareció por petición propia ante la Comisión de Economía del Congreso, en sesión extraordinaria y desveló que, según los indicadores con los que cuentan en este momento, el crecimiento intertrimestral del PIB entre octubre y diciembre del pasado año llegará al 0,3%, dos décimas por encima del registrado en el tercer trimestre, cuando la economía creció el 0,1% y salió técnicamente de la recesión.
Además, el titular de Economía destacó que el empleo comenzó a dar señales de «ligera mejoría» en 2013, una tendencia que se consolidará este año. Así, avanzó que el Gobierno mejorará sus previsiones de trabajo contenidas en el último cuadro macroeconómico de tal manera que la tasa de paro bajará «al entorno del 25% o ligeramente por debajo» respeto a la actual previsión del 25,9%. Ya en este primer semestre de 2014 se verá, según el ministro, una creación neta de empleo, tanto en términos en EPA así como en Contabilidad Nacional.
Esto será posible, según De Guindos, gracias a la «eliminación de rigideces» que ha facilitado la reforma laboral, lo que permitirá crear puestos de trabajo de forma sostenida con tasad de crecimiento del 1% algo «inédito» en la historia de España.
En su análisis de la situación económica del país, el ministro de Economía destacó la corrección de algunos desequilibrios como el de los precios. Así señaló la moderación del IPC, que ha favorecido el consumo privado y el aumento de la competitividad. Además hizo hincapié en la reducción del endeudamiento privado de los españoles, que en 2010 llegó al 230% del PIB y que ahora se sitúa en torno al 200%. De igual manera, mencionó la importancia del ajuste en el precio de la vivienda, que ha caído de media un 30% desde su nivel más alto y que «puede haber tocado fondo» al menos «en algunos segmentos».
Una base sólida
Para De Guindos, España tienen ahora mismo unas bases de recuperación «distintas por completo» a las que tenía en el pasado después de hacer un ajuste de sus desequilibrios «sin parangón». Por ejemplo, citó al sector exterior, que «seguirá siendo el motor del crecimiento de la economía española», aunque la demanda interna «se irá consolidando de forma progresiva». De hecho, Guindos pronosticó un crecimiento de las exportaciones en 2014 similar al del año pasado, es decir, en torno al 6% en términos reales.
Todo esto, señaló el ministro, permite afirmar que «seguramente lo peor del ajuste ha quedado atrás» y que España ha recuperado la confianza internacional, como demuestra el hecho de la caída de los costes de financiación, que han permitido ahorrar al Estado 8.800 millones de euros y los datos de inversión extranjera, que solo en noviembre pasado alcanzó los 26.000 millones de euros.
Todos los grupos de la oposición coincidieron en señalar el «excesivo optimismo» de De Guindos, al que llegaron a desear que «Santa Lucía le conserve la vista». Desde el PSOE, por ejemplo, Valeriano Gómez, le criticó por «decir que el inmenso sufrimiento de la sociedad ha sido la receta acertada». «¿Recuperación? No, hemos salido de la recesión, pero falta una enormidad para volver incluso a los niveles del inicio de la legislatura», le espetó, refiriéndose, sobre todo, al paro, la deuda pública o las desigualdades.
Desde IU, el diputado Alberto Garzón aseguró que su discurso le dejaba «patidifuso», ya que no se puede hablar de buenas noticias por una subida cuantitativa del PIB y recordó los «brotes verdes» en «otros tiempos de optimismo».
