Sepan que, reinando Carlos III, este dictó una Real Cédula por la que decretaba la extinción de las cofradías, año 1783, permitiendo que quedaran en pie ‘las que socorran a enfermos y encarcelados’. El palo fue tremendo. Más aún cuando, en 1809, José I Bonaparte suprimió las órdenes monásticas, lo que llevó al cierre de los conventos y monasterios y la desaparición, otra vez, de las cofradías. Se suprimieron hábitos penitenciales, siempre que estos cubrieran el rostro de los cofrades y quedaron ‘abolidas’ las procesiones nocturnas.
Paso una tarde, pasó una mañana… del regreso al pasado les cuento lo aconteció en Jueves Santo de 1869. Pues… que no pudo salir la procesión ¿Por qué? Sepan que la organización estaba a cargo de los gremios de Artistas y Trabajadores y estos, por falta de trabajo en la ciudad, no encontraron recursos para celebrarla. Era, así de duro, el pan nuestro de cada día. También en 1889 fue suprimida la procesión del Santo Entierro y La Soledad por las mismas causas. En La Granja, mientras tanto, sí se celebraba su procesión del Santo Sepulcro.
Ese mismo año y fiesta de la Cuaresma, ocurrió un hecho nada habitual. Se celebraba el Canto de Maitines en la Catedral, cuando ‘algunas personas asistentes al acto –lo describía el periódico La Legalidad-, tuvieron un comportamiento ‘irreverente’. Escondidos entre los fieles, sin dar la cara y sin que la autoridad buscara a los perpetradores’, describía el periódico. Voces y risas boicotearon el acto.
Las procesiones cambiaron y los horarios de actos también. Ejemplo. Año 1891. En la catedral, 6 de la mañana del Jueves Santo, el entonces canónigo magistral, luego obispo, Julián Miranda Bistuer, desarrolla un sermón de una hora de duración. Muchísimos fieles. Lo del frío ni se lo cuento.
Un año más tarde estaba programado que a las 6 de la tarde saliera la procesión del Santo Entierro desde San Justo. La lluvia comenzó por la mañana y no acabó hasta el día siguiente. Imposible salir. Los feligreses se quedaron dentro de la iglesia a escuchar el sermón del arcediano de la Catedral, Salvador Guadilla.
Las procesiones en Segovia han tenido ‘recorrido’ desde hace la ‘tira’ de años. No solo en la ciudad, también en la provincia. Mas, y por recordar alguna de tiempos remotos la del Santo Entierro desde San Justo del año 1628. Era Viernes y Santo. Con alternativas, años sí, años no, repetían ceremonia y marchaban hasta la catedral. A sus lados cabalgaban los gascones. Año 1899. No hubo ninguna otra procesión en la ciudad salvo la de San Justo. Salió a las 5,30. Abrían el camino los Batidores, la banda de Trompetas y Tambores del Regimiento de Sitio y una sección Montada de la Guardia Civil. A ambos lados –todavía-, los Gascones. El grupo lo cerraba la Banda de Música del Hospicio junto con el Tambor y Clarín de la Ciudad. Recorrían la Plaza Oriental, San Juan, San Agustín, iglesia de La Trinidad y sin llegar a la catedral pasó por Plaza Mayor y calle Real abajo hasta su lugar de salida.
Antiquísima también la procesión que, saliendo de la Plaza 4 de Agosto, organizaba por la Hermandad de Caballeros del Confalón. Acompañaban a las imágenes de la Virgen de los Dolores y María al pie de la Cruz. Recorrían la Plaza Mayor, Los Leones, Hospital de San Juan de Dios, Victoria y entrada de recogimiento en San Miguel. Esta procesión no se organizó en un período de tres décadas. Las últimas, poco antes de la desaparición de la cofradía. Salían de la Plazuela 4 de Agosto y tras dos vueltas a la Plaza Mayor entraban en San Miguel. Eso sí, el silencio que les acompañaba era casi sepulcral. Sus componentes, envueltos en amplios mantos portaban grandes hachones encendidos.
La imagen era conducida a hombros por cofrades enmascarados. En 1909, después de más de 300 años, cesa en sus actividades la Cofradía si bien la imagen del Cristo continúa procesionando.
Dejo constancia también de ‘escenas’ del año 1957. Prácticamente ayer. El Paso de la Oración en el Huerto era acompañado por una ‘multitud’. A saber: representantes de la Cámara Sindical Agraria; Unión de Cooperativas del Campo; Hermandad de Labradores y Cofradía de San Isidro Labrador; Cooperativa Santa Cristo del Mercado; Cofradía de San Antonio Abad; Gremio de Frutas y Productos Hortícolas y Cofradía del Santo Ángel de la Guarda; Coro de Jóvenes de Acción Católica…
El ’Ecce Homo’, contaba con el acompañamiento de las Hermandades de los Gremios de Alimentación, Detallistas de Ultramarinos, Hostelería, Curtidores, artesanos, zapateros, peluqueros, barberos, vestido y confección.
El Paso de ‘Jesús con la Cruz a Cuestas’ tenía a sus lados a la Hermandad de Arquitectos y Aparejadores, la Cofradía de Nuestra Señora de Belén y de la Huida a Egipto. Gremios de la Construcción, vidrio y cerámica, Transportes, Madera y Corcho, Industria Química, Metal, Hermandad de San Carlos Borromeo, Cofradía de la Magdalena al Pie de la Cruz, miembros de la Asamblea Provincial de Cruz Roja…
‘La Piedad’ era acompañada por la Sección Gremial del Personal Masculino de la Empresa Klein. Y, finalmente, la Virgen de los Dolores a quien acompañaban miembros de de la Falange Española y de las Jons.
Había, salvo que quien leyere opine lo contrario, más personal dentro que fuera de la procesión.
Al día siguiente viernes, salían por las calles el Cristo del Mercado, con la cofradía titular de la Parroquia de Santo Tomás; la Cofradía de San Millán con el Cristo de la Última palabra; Cristo de San Marcos, con miembros de la Congregaciones Marianas. Fueron los primeros de la historia de la Semana Santa en Segovia de sacar en procesión al Cristo. Una gran talla que había llegado desde su ubicación en el Monasterio de El Parral.
El ‘Camino del Sepulcro’, con Jóvenes de Acción Católica; Cristo de los Gascones, con la Cofradía del Santo Entierro y la Curia Segoviana. La Soledad Dolorosa, con los cofrades de Santa Eulalia y La Soledad al Pie de la Cruz, con los cofrades de San Millán.
¿Había más? Sí, pero aquí lo dejo.
