Durante bastantes años de épocas pasadas, la plaza de San Sebastián, muy cercana a los arcos finales del Acueducto, fue un reducto muy animado, dado que en la iglesia con el título del santo tenía sus cultos, matutinos y vespertinos, la Compañía de Jesús. Que aparte de la actividad continua en el templo, éste era también centro piadoso de diversas asociaciones, entre ellas la de los jóvenes de las Congregaciones Marianas, por lo que la animación de la juventud estaba presente con frecuencia en el recinto. También un hermano jesuita, Garcés, dedicaba una especial atención a los chavales, que se reunían en el lugar, desde el que acostumbraban a iniciar paseos por la ciudad y sus alrededores.
Cuando la Compañía de Jesús se ausentó de Segovia, la iglesia estuvo cerrada un tiempo, hasta que las Hermandades del Trabajo, con su sede oficial en la misma plaza, la abrieron de nuevo. Posteriormente, nuevo cierre, con alguna apertura esporádica, hasta que en estos días la Hermandad del Rocío en Segovia se encarga de celebrar algunos cultos.
Con estas referencias quiero expresar que la plaza de San Sebastián, durante años, estuvo muy animada, frente a la “ruina urbanística” que hoy la ha sumergido el completo olvido de su pavimento, mayormente formado por cantos rodados. Precisamente uno de los partidos de la oposición municipal acaba de poner de relieve el total desprecio del equipo de gobierno hacia las calles y plazas que “gozan” de este pavimento tan característico de la ciudad. Y a esta denuncia, tendríamos que sumar las reiteradas peticiones que los vecinos han dirigido al Ayuntamiento en solicitud de una reparación urgente del empedrado, cuyo lamentable estado ha venido provocando no pocos accidentes, dada la abundancia de hoyos y desaparición de cantos. Pero el equipo municipal de gobierno sigue “en sus trece” haciendo caso omiso a estas peticiones, que nunca han tenido una respuesta.
La última de las solicitudes se ha producido en fecha reciente, como consecuencia de las graves lesiones sufridas por una vecina a causa de una caída de bruces producida al dar un traspiés en uno de los numerosos hoyos. Caída que además de las heridas del momento, que obligaron a la presencia de una ambulancia y a la debida atención hospitalaria de urgencia, han influido en repercutir en una lesión anterior de la persona herida, que ha supuesto una nueva intervención quirúrgica.
Estas noticias, tan lamentables en una ciudad como la nuestra que debería “estar mimada” por sus rectores municipales, vienen a confirmar las continuas quejas que también se producen en otros puntos de Segovia, que el Ayuntamiento sigue olvidando a pesar de las pertinentes reclamaciones, por lo que es lógico que, ante esta actitud de “no querer saber nada”, la oposición esté acusando continuamente del empeño de crear proyectos de cara al futuro, proyectos que los mismos que los preparan es posible que no confíen en ellos, ante la circunstancias actuales y la escasa actividad municipal, que debería dejar de pensar en nuevas realizaciones “imaginarias” a las que no podrá hacer frente fácilmente, bajo la perspectiva de que muchas de ellas constituirían nuevas cargas para el Municipio, como algunas de las que la actual corporación municipal ha venido heredando, por culpa de la afición a “lo grandioso”. Y no vale que se trate de comparar estos proyectos ambiciosos con otras construcciones llevadas a cabo recientemente en la ciudad, porque, por ejemplo, la nueva Biblioteca Pública ha sido costeada por el Estado, y la nueva Universidad, por la UVa. Mientras que esas fantasías locales estarían a cargo del propio Ayuntamiento, como se ha encargado de soportar, gracias a los propios ciudadanos, los millones que han supuesto las obras realizadas hasta ahora en el “faraónico” CAT.
¡Hay que ver “lo que fue” esta plaza a lo que es hoy! ¿Por mucho tiempo más?
