En los meses de septiembre y octubre se celebran dos festividades singulares que tienen que ver con el centro penitenciario de Segovia. El 24 de septiembre se celebra la Virgen de la Merced, patrona de las cárceles españolas y el 25 de octubre celebramos San Frutos, patrón de la ciudad de Segovia, muy ligado a la prisión segoviana a través del Camino de San Frutos.
La festividad de Nuestra Señora de la Merced fue declarada patrona de las Instituciones Penitenciarias a comienzos del siglo pasado. La relación entre la Virgen de la Merced y los privados de libertad se remonta al siglo Xlll cuando se fundó la Orden de los MERCEDARI0S, inspirada por San Pedro Nolasco, cuyo objetivo era la liberación y redención de los “cautivos.”

San Frutos, el santo eremita que decidió vivir como ermitaño en las cuevas de las Hoces del Río Duratón, a través del camino que separa la ciudad de Segovia de la ermita, los presos recorren esta senda como preparación para su vida en libertad y lo hacen desde la libertad que supone salir del centro penitenciario y vivir una experiencia enriquecedora para su vida.
Durante los meses de septiembre y octubre los internos del centro penitenciario de Segovia junto con profesionales, educadores y voluntarios realizan la peregrinación a la ermita del Santo segoviano y un día a la semana cambian el “encierro” por la libertad.
Fue en marzo del 2012 cuando un grupo de presos de la cárcel segoviana transitaron por el Camino de San Frutos que va desde la capital hasta la Ermita del Santo en el corazón de las Hoces del RÍo Duratón, perteneciente a Carrascal del RÍo.
Fueron ellos, los presos, los primeros peregrinos que trazaron el recorrido y señalizaron la ruta con flechas verdes el hoy llamado “Camino de San Frutos”, que se ha convertido en una ruta muy querida por los segovianos y transitada por muchas personas, grupos, asociaciones etc.
Han sido más de un centenar de internos que han participado en este proyecto de reinserción en los trece años que esta actividad viene desarrollándose.
Este proyecto es posible gracias a la participación y colaboración no sólo del centro penitenciario de Segovia, sino también de las instituciones públicas y sociales que colaboran con los proyectos de reinserción social.