Hagamos un previo cántico al buen gusto torero, porque ayer en Navas de Oro se fundieron los sentimientos de quienes actuaron en el festival con el impereante buen gusto haciendo las cosas con torería y fundamentos del mejor toreo. Fue un magnífico festival con fases de encandilado concepto para quienes conformaron el espectro de espectadores coherentes y sumamente animosos.
Buenos en conjunto los novillos de Rodríguez de Arce, excepto el que correspondió a Emilio de Frutos y grandes faenas que seguidamente comentamos.
Abrió plaza el rejoneador navarro roberto Armendáriz que actuó mermado de condición física, debido a la fractura del pie derecho. Excelente en todo momento con atributos de buen jinete, dominador de las cabalduras y haciendo el toreo a caballo con autoridad y ortodoxia. Giros, piruetas y clavando al estribo batiendo fácilmente a sus antagonistas. Brilló sobremanera en el segundo tercio con cuatro rehiletes a una mano y tres palitroques cortos luciendo en galopadas de costado principalmente. Cortó una oreja a su primero. Y con el segundo suyo que brindó a sus compañeros de cartel, primoroso en la ejecución de las suertes mostrando los mejores argumentos y conceptos del rejoneo con matices muy relevantes en una tarde de esplendor. Repitió idéntico repertorio, pero resaltando en su haber la exhibición de monta y toreo. Cortó dos orejas.
David Luguillano, toreó de impacto con el capote ofreciendo exquisitos lances a la verónica y revolera de cierre. Redondos imperando el buen gusto, la estética y calidad de los muletazos plenos y con temple. Imperó la torería, la composición e interpretación del más genuino torero clásico con atisbos de duende en la trasmisión. Series que se jalean por uno y otro pitón. Naturales con luz propia, primorosos y para rematar tan grandiosa faena, enorme volapié marcando los tiempos. Dos orejas.
Luis Miguel encabo estuvo en torero de clase extra comenzando por unos airosos lances y quite por chicuelinas. Rehileteó de forma brillante entre olés. Estatuarios y toreo templado y mayesmático. Toreó con sentimeinto y hondura. Una delicia que trascendió y encandiló al respetable. Gran novillo de clara embestida, repetidora y humillada. Muletazos del madrileño en auténtico esplendor en el ruedo. Fantástica faena bien rematada con el acero. Dos merecidas orejas.
Emilio de Frutos pechó con el novillo malo del encierro. Aceptables lances de saludo y complicada labor por la mala condición del burel, parado, de embestida corta y descompuesta. La técnica del de Navalmanzano salvó el compromiso con sapiencia. Algunos muletazos sueltos tuvieron clase y concordia.
Javier Herrero se lució en el toreo de capa y a base de profía ante un novillo flojo, supo aprovechar el pitón derecho por donde el de Rodríguez de Arce ofrecia buenas perspectivas. Entonado, valiente y sufriendo una volterera, se aplicó en el toreo en redondo por donde consiguió momentos de gran interés. Cortó una oreja.
FICHA
Toreros
El rejoneador Roberto Armendáriz, rejón de muerte (oreja) y rejón de muerte (dos orejas).
David Luguillano, gran estocada marcando los tiempos (dos orejas).
Luis Miguel Encabo, estocada (dos orejas).
Emilio de Frutos, media estocada (palmas).
Javier Herrero, pinchazo y estocada (oreja).
ganadería
De Rodríguez de Arce, correctos de presentación y de juego desigual. Buenos los de rejones corridos en primero y cuarto lugar; excelente el primero de lida normal, extraordinario el tercero de la tarde premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, malo el que correspondió a Emilio de Frutos, y flojo y con clase el sexto del festejo pero tan sólo por el pitón derecho.
La plaza
Registró más de tres cuartos de aforo. Presidió con autoridad Cruz Sanz Barbado. Amenizó el espectáculo la banda de música de Nava de la Asunción.