Hablar de los Montes de Valsaín y no hablar de Agustín Pascual, sería o una locura o una temeridad, ya que fue, sin duda, un ejemplo de la ingeniería forestal en España, un ejemplo de conocimiento de la naturaleza y un ejemplo de sostenibilidad que tuvimos la suerte de tener en este lugar.
Fue el primer inspector de los Reales Bosques, cargo que ocupó entre 1845 y 1868. Tuvo bajo su supervisión directa el Pinar de Valsaín y otros enclaves señeros.
Luchó por defender que la riqueza forestal española se gestionaría mejor si era administrada por el Estado, contra la postura del Ministerio de Hacienda, que buscaba incrementar las ventas de madera al máximo, a través de la privatización de los recursos.
Le debemos, que tras la Ley Desamortizadora de Madoz de 1855 una parte de los montes de propiedad pública, que suponían un 70%, no se vendieran y se conservaran bajo propiedad estatal.
Si no fuera por su enorme dedicación, muchos de los bosques de España, estarían hoy talados, y uno de los buques insignia de este país como son los recursos naturales, habría estado en un grave peligro.
Acabar con una frase suya, que dice: “Los caminos del hierro han abandonado el Real Sitio, el verano del Sur, el Palacio de las Aguas, como lo llamaría la Europa Culta, y lo que es más grave, el primero, el más rico, el más potente de los centros leñosos de España.
Dónde hay industria sin madera? La viabilidad, facilitando el acceso, ensancharía la demanda”.
