Quien no conozca la esencia de la Semana Santa segoviana, sea de la tierra o de fuera, tiene la oportunidad de hacerlo si se hace con un ejemplar del pregón que ayer pronunció el jesuita segoviano Daniel Cuesta Gómez, que además de ser ejemplar pórtico de los actos religiosos y devocionales que organizan las cofradías segovianas es también un recorrido didáctico y espiritual por los principales hitos cofrades.
Tradición, espiritualidad y mensaje fueron las claves de la intervención de Cuesta Gómez, que en las tres decenas de folios en las que compiló su pregón dejó claro su amor por el Triduo Pascual y su vasto conocimiento de las tradiciones y celebraciones que le rodean y que la han convertido no sólo en fiesta de interés turístico nacional, sino en referencia de la devoción de todo un pueblo.
Aunque el mal tiempo amenazó con deslucir la presentación, la tregua entre chubasco y chubasco de aguanieve permitió a los heraldos a caballo completar el anuncio del pregón entre la iglesia de San Millán y la Plaza Mayor, acompañados por las cornetas y tambores de las bandas de las cofradías segovianas, unificadas para la ocasión.
En la Plaza Mayor los heraldos fueron recibidos por el presidente de la Junta de Cofradías Víctor García Rubio, al que acompañaban los representantes de las distintas cofradías, las autoridades locales y el pregonero, que tras escuchar el último llamamiento al pregón ante la Casa Consistorial se dirigieron hasta la capilla del Santísimo Sacramento de la Catedral para escuchar la alocución.
La investigadora e historiadora Mercedes Sanz de Andrés fue la encargada de presentar al pregonero, del que destacó su “pasión” por la Semana Santa, así como su amplio currículo académico y docente pese a su juventud, a la espera de su próxima ordenación sacerdotal.
Cuesta Gómez enlazó la historia de Segovia con la de la Semana Santa con el Acueducto como nexo de unión, y citando al obispo Antonio Palenzuela aseguró que el paso de Cristo en la cruz enmarcado en uno de sus arcos “es el verdadero pregón de semana santa que el mismo Cristo como Divino Pregonero proclama cada año por medio de nuestras imágenes procesionales, de nuestras cofradías, y de nuestras músicas e inciensos. Un anuncio que no todos los corazones están dispuestos a escuchar y que algunos preferirían acallar o ensordecer por medio de otros reclamos y perspectivas”.
Así, el mensaje de esperanza del triunfo sobre la muerte que simboliza el Triduo Pascual “se viene transmitiendo y proclamando en Segovia de generación en generación detrás de cada una de las cruces de guía que encabezan el discurrir de las procesiones que recorren las calles de nuestra ciudad durante los días santos”. En este punto, destacó el papel de los cofrades, a los que definió como “iglesia en marcha que sale a las calles para anunciar la alegría del Evangelio en lugar de quedarse encerrada en los templos por miedo a mancharse al mezclarse con el mundo”.
El pregón siguió con un recorrido por los distintos actos religiosos y devocionales de la Semana Santa en Segovia, con constantes referencias al esfuerzo de las cofradías por mantener vivas sus tradiciones desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección.
De este modo, llegó al final para subrayar la herencia “que hemos recibido de aquellas generaciones que nos precedieron y que debemos cuidar, mantener y engrandecer; porque aunque nosotros no lo veamos, a través de ella Dios toca los corazones de aquellos que le aman, de aquellos que no le conocen y en ocasiones incluso de los que le rechazan”.
También conminó a cofrades y segovianos a “prepararnos en estos días que nos quedan para que no sólo nuestros pasos, enseres músicas y hábitos los que luzcan como nunca, sino para que también nuestro interior esté dispuesto a acoger a aquel que muere por nosotros y desfila glorioso bajo el Acueducto en compañía de su madre, la mujer de la fe inquebrantable”.
El colofón a esta jornada inaugural lo puso el concierto de la Coral Ágora, que ofreció un magnífico recital de música polifónica sacra.
