El influjo de la luna llena se notaba anoche ya en Segovia y eso que el satélite no alcanzará su plenitud hasta el próximo día 20. Pero la magia que siempre va unida a los ciclos lunares llegó antes de tiempo este mes y alcanzó a todo aquel que salió a la calle.
El aire, la levedad, lo ligero, ese embrujo que alcanza todos los rincones y recorre cada plaza del recinto amurallado y cada rincón del centro histórico, se palpaba en el ambiente desde última hora de la tarde, cuando dieron comienzo las actividades programadas dentro de la décima edición de la ‘Noche de Luna Llena’.
Aún calentaba el sol sobre el Azoguejo cuando la ‘Rebolada lunar’ de la Escuela de Dulzaina de Segovia resonó, marcando el inicio de una noche intensa dedicada al arte y la cultura.
Desde entonces, muchas eran las opciones que segovianos y visitantes podían elegir. Música, danza, performance, espectáculos circenses, talleres… de todo y para
todos los gustos. Grandes y pequeños recorrían el centro de la ciudad, maravillados por las más de cuarenta propuestas aunadas por la Concejalía de Cultura para la ‘Noche de Luna Llena’.
Mucha expectación despertó, por ejemplo, la instalación ‘Efimer machine’, una gran cúpula de cinco metros de alto en la que la música piscodélica y la lluvia de confeti se conjugaban con las luces para ofrecer una experiencia distinta. Aunque no fue la única. Complicado era avanzar por la Calle Real, repleta de gente que se paraba para disfrutar de cada una de las iniciativas.
Grandes y pequeños escribieron sus deseos en grandes plumas con las que se creaban originales atrapasueños; o lanzaban unas canastas en la Plaza Mayor, donde muy cerca podían hacerse una foto con un gran cuadro protagonizada por Don Quijote. También hubo tiempo para la poesía, dentro del Festival de Narradores Orales, en la Casa-Museo de Antonio Machado; para la pintura, cono acciones como ‘La piara fantasma’, en el Paseo del Salón; y para aprender a realizar la ceremonia del té según la tradición japonesa.
El ambiente festivo se palpaba en cada una de las propuestas, porque el verano invita a salir de casa y la ‘Noche de Luna Llena’, a disfrutar de la cultura y el arte de una forma muy distinta, pero al alcance de todos.
tapas Además, como cada año, la ‘Noche de Luna Llena’ incluyó una ruta de tapas con un circuito de bares y restaurantes que ofrecían creaciones gastronómicas a un precio de 1,50 euros, iniciativa que cada vez atrae a más personas, que aprovechan esta mágica noche para disfrutar también de pequeñas delicias culinarias.
Catorce fueron los establecimientos de la ciudad que se unieron ayer a la velada cultural, poniendo a disposición de segovianos y visitantes tapas creativas e imaginativas bajo el epígrafe ‘Una tapita al aire. El destape’. Había creaciones tan sugerentes como ‘Las lágrimas de Perseida’, el ‘Pithi Wala Ladu’ o la ‘Ce-bra de luna’.
Al final, la sensación era muy positiva, porque miles de personas se habían volcado con la iniciativa, por décimo año, y cuando acabó la ‘Noche de Luna Llena’ el murmullo generalizado era de alabanza hacia un trabajo bien hecho, que deja el listón muy alto para la próxima edición.
