El tercer festejo de la Feria Taurina de Cuéllar, en el que se lidió un encierro bien presentado de la divisa de Partido de Resina, dejó la sorpresa de un variado y dominador Juan de Castilla con el mejor lote de la tarde -al quinto se le reconoció con la vuelta al ruedo- y un tercio de varas de máximo interés llevado a cabo por Israel de Pedro. El diestro colombiano cortó dos orejas y abrió la Puerta Grande, en una importante tarde. El salmantino Juan de Álamo se llevó un trofeo tras una madura y asentada faena y el venezolano Jesús Enrique Colombo, entregado y variado, paseó otro y dio una vuelta al ruedo..
El toro que abrió plaza despertó una ovación de salida por su presentación, un ejemplar con morrillo y bien hecho. De fuerza, blandeó en ocasiones, y dejó ciertas complicaciones en banderillas, pero Del Álamo, maduro y aparentemente tranquilo, le sujetó y le dio tiempo para sacar el fondo y buen son del animal. Por el pitón derecho, aunque en alguna ocasión se vino directo hacia el diestro, metió el hocico y el torero lo llevó largo en una faena de mérito. A la segunda, cobró un estoconazo hasta la bola y cortó la primera oreja de la tarde. El salmantino, satisfecho y consciente de su labor, dio la vuelta despacio; agradeciendo el respeto y el cariño a los aficionados.
Largo y alto fue el segundo del lote de Del Álamo, que fue más manso y ofreció manos opciones. De uno en uno pudo sacar algún pase estimable, pero en ningún momento cogió vuelo el trasteo y cerró su paso por Cuéllar con silencio.
JUAN DE CASTILLA CAE DE PIE
Muy dispuesto salió De Castilla ante otro animal de alta presentación. Saludó en banderillas Raúl Cervantes tras dos soberbios pares, el segundo de máxima exposición. La entrega y el valor fueron las líneas sobre las que el colombiano edificó su actuación, una obra en la que siempre buscó la colocación y trazo largo ante la hondura y profundidad de un buen toro desde que se colocó de rodillas con la muleta. Una grata sorpresa para Cuéllar y los aficionados que se desplazaron hasta el coso de la villa. Faena maciza y asentada que remató de un certero espadazo bis para pasear un trofeo. El ejemplar de Partido de Resina fue aplaudido en el arrastre.
Dominador y capaz estuvo De Castilla ante el quinto de la tarde; dejando notables naturales y tandas de solidez. Acoplado y abierto el compás aprovechó la nobleza del toro para firmar otra faena importante y cortar otra oreja tras un efectivo -aunque algo tendido- espadazo. El presidente concedió la vuelta al ruedo al animal ante el descontento del público.
ESPECTÁCULO EN VARAS
El tercero, de bella estampa, también fue ovacionado desde su salida de chiqueros y ofreció un espectacular tercio de varas gracias a la gentileza de Colombo y el buen hacer de Israel de Pedro, que puso en valor esta suerte. Reconocimientos y honores al picador. El venezolano continuó con las alta cotas en un variado y tercio de banderillas que brilló más por su vistosidad que por su colocación. Bajó la intensidad en la muleta, donde el animal resultó soso y parado y todo quedó en una vuelta al ruedo para el diestro.
El previsto en sexto lugar tuvo que ser devuelto por un calambre en los cuartos traseros. Salió otro toro del mismo hierro y ocurrió lo mismo, posiblemente como consecuencia del encierro matinal. El segundo sobrero de Partido de Resina, más escurrido e incluso anovillado morfológicamente, tuvo fijeza en los capotes y recibió un justo y medido puyazo. Pirotecnia de Colombo en banderillas para encender la ya entrada noche. Después llevó encelado a un toreable animal en la muleta y dejó dos series conjuntas. Actuación de entrega más que de colocación, mientras el festejo se acercaba a las tres horas. Remató de una estocada nada fácil, pues el toro se arrancó antes y tuvo muerte de bravo, y cortó una oreja.
