A las nueve de la mañana de ayer sonó el chupinazo que indicaba el comienzo del primer encierro briquero del año 2009. Los toros, de la ganadería de Miguel Ceballos, recorrieron las calles centrales de la ciudad desde la entrada del municipio hasta la Plaza de Toros.
El encierro se desarrolló sin complicaciones y no hubo que lamentar ningún incidente, a pesar de que los astados recorrieran en varias ocasiones la última recta del trayecto. Miles de personas se agolparon a ambos lados del recorrido y aguardaron la llegada de los animales en la calle que comienza en el bar ‘Stop’ y termina en la entrada de la plaza, donde los toros se mantuvieron en un ‘ida y vuelta’ durante varios minutos. Allí fue donde hubo más aficionados que se atrevieron a correr entre las talanqueras.
Se soltaron un total de cuatro ejemplares, acompañados de tres cabestros que los guiaban. Los siete animales terminaron su recorrido en la plaza de Toros donde varios jóvenes saltaron al albero a correr ante los astados durante más de media hora durante la cual los organizadores no consiguieron meterlos en los toriles.
Muchos fueron los aficionados que se acercaron a la plaza a pesar del intenso calor que acompañó durante toda la jornada. La mayoría de ellos se agolparon en la parte sombría de la grada.
“La carrera ha sido muy tranquila, es bueno cuando las noticias son breves”, comentó tras el encierro Flaviano de Miguel, concejal de Festejos del Ayuntamiento de Cantalejo.