Los que tienen ganas de que Maroto coja la puerta y se despida como entrenador de la Segoviana buscarán (y posiblemente encuentren) un buen número de razones para volver a pedir la marcha del técnico tras la derrota del equipo, sexta consecutiva, frente al Deportivo Alavés. Los que no señalan con el dedo al entrenador como el máximo culpable de todos los males del conjunto azulgrana, también encontrarán razones (y más de una) para reforzar sus teorías. Pero lo cierto de todo es que ayer la Segoviana no mereció, ni de lejos, salir derrotada del campo de La Albuera, y que si lo hizo fue porque esto del fútbol consiste en meter la pelotita. Y si lo que no hay es puntería, pues pasa lo que pasa.
Y lo que pasó fue que el Alavés saltó al campo de La Albuera con ganas de reivindicar pasadas grandezas, y durante los cinco primeros minutos demostró ambición y ganas de buscarle las cosquillas a la Segoviana, sobre todo en la banda izquierda, donde Víctor Pérez se las tenía tiesas con Denis, que en el cuarto minuto de partido le puso un buen balón al segundo palo a Sendoa, cuyo remate sacó Durán.
Pero bastó con que la Segoviana se desperezara un poco, para que el conjunto vitoriano dejara patente todos sus miedos. Font, una auténtica pesadilla para la zaga visitante, puso a prueba a Rangel, que sacó su lanzamiento en buena intervención. A partir de ese momento, la Segoviana pasó por encima del Alavés, creando cinco ocasiones claras para marcar, que acabaron en nada porque, entre otras cosas, el conjunto vitoriano tuvo en Aridane y Prieto dos centrales de marca mayor, y también (que todo hay que decirlo) porque en dos acciones claras de remate en la frontal, Maikel falló de manera rotunda. Los del vaso medio vacío dirán que ya no se chutó entre palos en toda la primera parte. Los del vaso medio lleno, que el dominio en el juego fue abrumador por parte azulgrana.
Pero… en estas transcurría el choque cuando el Alavés enlazó una contra, que Ricardo frenó en una clara falta en la frontal. El delantero alavesista Sendoa tuvo la suerte de cara al abrirse la barrera justo por la zona por donde pasó el balón, lanzado con poca fuerza, pero con la colocación justa para terminar entrando en la portería pegado a la base del palo.
Decir al descanso que el 0-1 era injusto era quedarse corto, pero en el fútbol no cuentan méritos, sino goles, así que el Alavés salió en la segunda parte con ganas de apuntillar a una Segoviana tocada en su frágil moral. Pero la gaseosa alavesista duró lo que dura la gaseosa normal, y poco a poco el equipo azulgrana volvió a hacerse con las riendas del partido, volcando el juego hacia la banda izquierda, donde Cajoto y Víctor Pérez no dejaban de intentarlo. Y tanto lo hicieron que al final entre ambos forzaron la segunda amarilla del lateral Óscar. Con 25 minutos aún por jugar, la Segoviana tenía en sus manos la opción de darle la vuelta al partido, y a ello se puso, con paciencia y toque, pero también con muchas imprecisiones cuando el balón llegaba entre las dos líneas de cuatro que Luis de la Fuente, técnico del Alavés, colocó tras la expulsión de su lateral.
La labor de Prieto y Aridane en los centrales fue decisiva también para que la Segoviana terminara sin marcar. Entre ambos impidieron que David Terleira pudiera marcar en una acción a balón parado que terminó con el esférico muerto en el área pequeña, y dejaron a Anel compuesto y sin remate en varias ocasiones. Lo único que los centrales no pudieron evitar fue un duro lanzamiento de falta de Víctor Pérez, que sacó Rangel a córner, y la acción decisiva del partido, la del penalti por mano clara de Indiano tras centro de Cajoto.
Era el momento de poner algo de justicia en el partido, y desde el primer momento Mariano tomó la responsabilidad de lanzar el penalti. Pero no lo hizo nada bien, y su remate acabó siendo detenido por Rangel, que de esta forma se convirtió en el héroe del encuentro, y el salvador de la cabeza de su entrenador, dicho sea de paso.
Así que la Segoviana lo hizo todo para ganar, pero acabó perdiendo su sexto partido consecutivo, y los que quieren que Maroto se largue ya tienen un partido más para mantener su teoría, aunque al finalizar el encuentro el equipo terminó aplaudido por los aficionados, que entendieron que, puestos a perder partidos, mejor perder siendo tú mismo que no tratando de parecerte a alguien que no eres. Algún día la pelotita entrará, y equipos tan veteranos en esta lides como el Alavés no se llevarán los tres puntos sólo a base de defenderse.
