El Manchester United, actual campeón de Europa, superó el reto de Do Dragao para citarse con el Arsenal en las semifinales de la Liga de Campeones gracias al protagonismo de Cristiano Ronaldo y su buen balance defensivo ante los postreros intentos locales.
El bloque inglés, que había perdido en dos de sus tres visitas al feudo del Oporto, dominó el partido, con Carrick y Anderson como directores de una orquesta que afinó sus notas del mismo modo que en San Siro ante el Inter en cuartos. Todavía no había leído toda la partitura cuando encontró la solución a sus problemas. Un disparo formidable de Cristiano Ronaldo, a los seis minutos, que se coló a media altura en la meta local.
Era el segundo gol del portugués en esta ‘Champions’, pobre contribución en comparación con los ocho del pasado año, aunque al menos le restan dos partidos para mejorar sus prestaciones.
Los de Jesualdo Ferreira tardaron en concienciarse de la oportunidad. Tampoco dieron el nivel de Old Trafford ni el del Vicente Calderón. Cuando tuvieron que buscar al equipo rival evidenció carencias, máxime cuando a la media hora perdió por lesión a Lucho González, uno de los miembros de su ‘tridente’.
Pero ni Hulk ni Lisandro encontraron escapatorias entre Ferdinand y Vidic, dos centrales de garantías que sostuvieron al conjunto dirigido por Alex Ferguson. También Van der Saar, protagonista en la ida, alejaba las dudas con su seguridad bajo palos.
El Manchester resistió complaciente el paso de los minutos. Tampoco exhibió mayores argumentos ofensivos que los intentos de Ronaldo y se preparó para el arreón final de los locales.
Un Oporto entusiasta que apretó en la recta final, tratando de emular el partido de 2004 cuando apearon al Manchester en el último suspiro, pero los ‘red devils’ salvaron su portería y cumplieron con el desafío, que les sitúa en sus terceras semifinales consecutivas de la competición.