El Real Madrid se aseguró el primer puesto del grupo C de la Liga de Campeones y la garantía de evitar a varios pesos pesados en octavos de final tras salvar el prometido infierno marsellés e imponerse al Olympique (1-3) gracias a un brillante Cristiano Ronaldo.
El conjunto blanco dominó un partido en el que solo un descalabro le eliminaba de la competición, y en el que le hizo falta muy poco para marcharse del Velódromo con una victoria trabajada y lograda con chispazos de genio.
En particular de Ronaldo, que volvió a hacerse con las riendas del equipo para mostrar que los dos meses de ausencia son ya pasado. El portugués marcó dos tantos y sus apariciones fueron una amenaza constante, ayudado por un gran Marcelo, rápido e incisivo, a quien faltó el premio del gol. Ambos futbolistas llevaron en volandas al resto de sus compañeros y le sacaron indemne de un duelo no exento de peligros.
El Marsella se lamentará de no haber podido lograr una victoria que, dado el empate del Milan en Zúrich, les habría clasificado.
No obstante, el infierno galo se congeló a los cinco minutos, el tiempo que tardó ‘CR9’ en marcar el primer tanto. Lo hizo de un gran lanzamiento de falta, un balón envenenado, cargado de mala intención que encontró la escuadra de Mandanda.
Mudo el estadio, condenado el Olympique a una gesta todavía más épica, el duelo parecía muerto. Y lo habría estado de no ser porque ni el Madrid supo dormirlo ni el Marsella se dio por vencido y se lanzó en busca de Casillas.
igualada. Y lo lograron seis minutos más tarde con una internada por la izquierda de Taiwo que centró al área. A bocajarro remató Brandao de cabeza pero el meta detuvo el disparo. El despeje de Albiol cayó a los pies de Lucho que lo envió a la red.
El tanto dio fe a los locales mientras la grada celebraba el gol de Zúrich ante el Milan y el Olympique se lanzó al ataque. Brandao dispuso de un par de ocasiones, pero demostró que le falta técnica. El público se lo recordó cuando fue cambiado con una sonora pitada.
Mientras los de Deschamps se estiraban, el Real Madrid aprovechó los huecos y creaba dudas en la defensa marsellesa. La mejor ocasión francesa llegó a los 28 minutos tras un saque de esquina sobre Ronaldo que el internacional luso estrelló en el balón en el palo, el rechace llegó a Sergio Ramos, que se encontró con el cancerbero local una primera vez y lo envió alto en la segunda ocasión.
El bloque galo aguantó los primeros 45 minutos, igual que en el partido de ida en el Santiago Bernabéu, porque la segunda mitad fue totalmente ‘merengue’.
Marcelo se convirtió en una amenaza constante a la defensa francesa mientras los hombres de Deschamps no lograban llevar peligro al área rival.
El defensa Albiol marcó el segundo a la hora de partido, aprovechando un rechace de la defensa a un saque de córner.
Le quedaba un golpe de rabia al Marsella, que se lanzó al ataque. En el minuto 66, Íker Casillas cometió un penalti incontestable sobre Niang y lesionó al mejor atacante marsellés. Lucho lo lanzó al larguero y con ese fallo se evaporó totalmente el cuadro galo, que ya no hizo acto de presencia.
El partido dormitó. Quedó a expensas de pinceladas de genio que procedían siempre de las botas de los madridistas. En particular de Cristiano Ronaldo, que logró el tercero en una jugada de malabarista, de jugador fuerte y rápido, que cayó en un choque con Mandanda y se levantó antes que nadie para anotar.
