El Real Madrid sumó ayer su tercera victoria en la fase de grupos de la Liga de Campeones después de deshacerse de la Juventus (2-1) en el Santiago Bernabéu, en un encuentro que decantó Cristiano Ronaldo con dos tantos y en el que los italianos jugaron prácticamente toda la segunda parte con un hombre menos por la roja directa que vio Chiellini.
Los de Ancelotti no encontraron la brillantez pero castigaron a su rival en momentos clave. El conjunto blanco no necesitó avisar. Fiel a su estilo, golpeó antes de preguntar y a los cuatro minutos de juego ya contaba con ventaja gracias a una conexión entre Di María y Cristiano Ronaldo, que amagó a Buffon con sangre fría antes de empujarla suavemente a las mallas. Castigo a los visitantes nada más comenzar.
Sin embargo, el contexto, ideal para los locales, no desanimó al rival. El equipo de Conte comenzó a controlar la poblada medular y acercarse a Casillas, sobre todo mediante lanzamientos lejanos de un Tévez que irrumpía por cualquier sitio del ataque. Pero su dominio parecía no incomodar demasiado a un Real Madrid que parecía anhelar uno de esos momentos en los que agarra un contraataque y tritura a su oponente.
Los progresivos avisos ‘bianconeros’ acabaron, sin embargo, con un castigo de verdad. A los 21 minutos, Pirlo encontró la subida de Cáceres por la banda derecha y su centro, cabeceado en el segundo palo por Pogba en primera instancia, encontró el oportunismo de Fernando Llorente tras el despeje de Casillas. El tanto devolvió la igualdad al electrónico. Pero la alegría italiana duró poco.
La sentencia
Tan solo siete minutos después, una falta lateral botada por Modric acabó con un flagrante derribo de Chiellini a Ramos dentro del área, que el colegiado no sancionó en un primer momento, pero sí tras consultar con sus asistentes. El regalo fue aprovechado, cómo no, por Cristiano.
El segundo gol sí golpeó duramente la moral de una Juventus que trató de rearmarse en el descanso. Conte sustituyó a Llorente para dar entrada a Bonucci, otro central, y la ‘Vecchia Signora’ lo notó muchísimo.
Sin el espacio que le daba el español a Tévez, el argentino quedó como un islote arriba con el reto de pelear ante toda la defensa local. La Juventus adelantó líneas, en parte también por la falta de instinto de unos locales convencidos de que el gol bastaba para asegurar otros tres puntos.
Ni la entrada de Bale, desapercibido, ni la de Isco despertaron a un Real Madrid adormecido y ya pensando en el ‘clásico’, pero que consiguió los tres puntos y viajará a Turín con la clasificación prácticamente en el bolsillo.
