Las gélidas temperaturas de 22 grados bajo cero parecen no hacer mella en la voluntad de los ciudadanos ucranianos contra su presidente, el prorruso Viktor Yanukovich. Y es que crecen las barricadas en el imponente bulevar de Kreshchatik, en el centro de Kiev, y en la plaza de la Independencia, desde donde se busca que el dirigente abandone su cargo y se convoquen nuevas elecciones.
Así, en el barrio del Gobierno, varios grupos de encapuchados continuaron ayer lanzando adoquines contra los agentes de seguridad. A esto se suma el humo que exhalaban los neumáticos en llamas que quema los pulmones de quienes, desde hace días, aguantan en primera línea. Por su parte, en la plaza de Europa, los rebeldes asaltaron el centro de congresos y exposiciones, convertido en nuevo campamento contra el mandatario.
Así, la oposición suma victorias a medida que Yanukovich retrocede, con lo que crece la esperanza de que puedan convocarse nuevos comicios. «Solo aceptaremos una solución sin el presidente», afirmó Alexander Danilyuk. Este asesor económico de 32 años lidera el comando rebelde en el ocupado Ministerio de Agricultura, junto al bulevar. Su organización, Spilna sprava (Causa Común), es una de las muchas nuevas agrupaciones que han surgido en torno al Maidan.
La ocupación de edificios públicos, las barricadas a base de bolsas de plástico rellenas y las tiendas de campaña en medio de esta metrópolis ponen de manifiesto que Yanukovich está perdiendo el control de la capital.
De esta forma, en las casas sindicales y otros edificios públicos la gente descansa en colchonetas y sacos de dormir. Así, médicos, cosacos y eclesiásticos ayudan a poner orden en medio del caos.
